Dos poemas

Santos López

 

Cayenas moradas

Amor, todo aquello que está dentro de ti me llama:
Tu lisura de domingo entre cayenas moradas
Donde vuelas y revuelas sin aliento;
Tus piernas que se juntan en el agua, se mojan
Y custodian un breve espacio de orillas;
El sudario de tu corazón sube y baja en la tierra,
Come fuego, lame sal.
Y tus muertos, que casi me lloran
Con voces apilonadas en la ceniza del cielo.

Amo en ti ese fondo de tinieblas nutrido de aves en la medianoche.

Amor, cuantas veces eres, cuantas veces te amo.
Ahora, ven y abre tu pecho de pelusa negra,
Enséñame el temblor.


De El cielo entre cenizas, 2004

Contemplación

Esta noche he sacado mi estera a la luz de la luna
Y sobre una piedra me acuesto a ver el cielo.

Ahora puedo reír y volar a mis anchas.
Aquí todo es resplandeciente.
Después del redondo espejo en el cruce de la entrada,
Aparecen las grandes terrazas de los astros,
El plumaje de las estrellas que se queman,
El torrente de aguas que no se encoge,
Las ondas celestes que navegan sin sombras,
El torbellino transparente de nubes,
El paso tembloroso del arcoiris,
El árbol de rocío que nunca cesa
Y las murallas de vapores y lluvias.

Vi todo esto en el cielo acostado en una estera
Sobre una piedra negra a la luz de la luna.


De El cielo entre cenizas, 2004


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