Las mujeres toman la palabra de Luz Marina Rivas.

Palabras de presentación

 

 

María Antonieta Flores

 

Presentar ante ustedes Las mujeres toman la palabra. Antología de narradoras venezolanas, no es posible sin detenerme primero en Luz Marina Rivas, la compiladora, mano, mirada y sensibilidad que da forma y sentido a los textos aquí reunidos.


Pero no deseo detenerme en la probada autoridad académica y ética que la prestigia y que avala este trabajo que hoy celebramos, sino en Luz Marina, la mujer que conocí en Valencia en medio de unas jornadas propiciadas por Laura Antillano. Creo que puedo afirmar que el nuestro fue un encuentro de inmediata y mutua inclinación intelectual y afectiva. Después de un almuerzo compartido con varios de los ponentes en el restaurant de uno de los hoteles que acogía a los participantes y dado que la jornada continuaba en la tarde, ella gentilmente me invitó a su habitación para que descansara. Por supuesto, el instante estuvo acompañado por una sabrosa conversa y por el disfrute de la vista de las montañas valencianas que su ventana regalaba.


Este gesto poco común para mí y raramente aceptado, me asomó a un mundo sereno y amable, generoso, mundo al que la vida le ha regalado una hermosa historia que celebramos amigos y cercanos testigos.


Gesto cotidiano y mínimo como éste que desplazo del mundo de lo privado al de lo público, es un reflejo del temple y el carácter que configura la visión de mundo que dará sentido a la palabra dicha, a la idea concretada. Se revela, así y a veces en lo pequeño, el entramado de una sensibilidad, no exenta de reciedumbre, que ha dejado su huella en esta selección, al igual que en la introducción y en las notas que preceden a cada una de las antologadas. Se puede percibir en este trabajo no sólo el reconocimiento del otro, igual en género pero siempre otro, sino también el arte femenino de la minuciosidad y de la valoración del detalle. A este arte, se une el milenario acto redentor que encierra el cuerpo de la mujer y que se expresa en muchas esferas de la vida, porque se está, indudablemente, ante una mano curadora en acción de reinvindicar el discurso herido, víctima del abuso y la represión, discurso silenciado o sometido a un dictamen oficial.


La labor de revisar, juntar y vincular lo aparentemente alejado, se hace patente en esta labor amorosa de años, pues no requiere mucho esfuerzo comprobar que el tema y la selección no son producto de un compromiso rápido ni de un acto oportunista o ligero. Luz Marina Rivas como lo ha hecho en anteriores trabajos, aquí –una vez más- restituye a nuestra historia voces que desde su diversidad hicieron posible el espacio que han logrado las mujeres narradoras de las últimas décadas.


Pero, Las mujeres toman la palabra no sólo llena un vacío, los faltantes retazos de la colcha. Este arte de zurcir los agujeros de nuestra historia literaria y por lo tanto histórica y nacional, desmonta el discurso oficial que ha señalado que la narración es un territorio masculino y, muchos de los aquí presentes deben recordar la afirmación de que las mujeres narradoras eran, son muy pocas. Aquí, desde ese género mayor que es el cuento, se demuestra lo contrario. Estas narradoras del presente tienen tradición, linaje, y continúan un camino que nunca se ha interrumpido.


Por otra parte, no quisiera dejar de destacar la posición de compañera que ha asumido para recorrer el sendero que ha escogido como espacio para sus reflexiones y búsqueda, pues no hace de lo femenino un mundo cerrado y en pugna, sino que lo sitúa en diálogo con lo masculino.


Por todo esto, creo que esta antología va más allá de su objetivo intrínseco y hasta sobrepasa la finalidad de la compiladora. Es, realmente una ofrenda para todos nosotros, lectores y escritores, en un momento cuando necesitamos imperiosamente mirarnos y revisar lo que nos precede desandando el camino, para comprender esto que ahora somos.


Estoy segura de que la acción reparadora y restitutiva de un orden arrebatado y silenciado, que se encuentra entre las páginas de este libro, ha de generar una transformación en nuestra propia manera de mirarnos y esto sólo será posible porque antes la misma Luz Marina tomó la palabra, su palabra, y la convirtió en acción y hecho concreto: esta edición que ya es indispensable.

Caracas, 07 de Octubre de 2004


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