Li Chingchao:

 

Ciruelo abatido por la lluvia

 

Wilfredo Carrizales

 

I

Li Chingchao es la más conocida de las poetisas chinas de la antigüedad. Famosa, especialmente, por la intensidad emocional, sin afectación, de sus poemas zu. Nació en una familia literaria, en la pequeña ciudad de Changchiu (hoy perteneciente a Jinan, capital de la provincia Shandung), el año 1084, séptimo del gobierno del emperador Shen Zong de la dinastía Sung. Su padre era el famoso erudito Li Gefei.

Cuando Li Chingchao vino al mundo habían transcurrido ciento veinticuatro años del establecimiento de la dinastía Sung, la cual derribó a la anterior dinastía Tang y estableció su dominio sobre casi todo el territorio chino, con excepción de las provincias del noreste, sometidas por un pueblo no chino, los khitanes, quienes fundaron su propia dinastía llamada Liao.

La dinastía Sung estableció su capital, Bienjing (la actual ciudad de Kaifeng), en la orilla meridional del Río Amarillo, como a unos ochocientos kilómetros al suroeste del lugar natal de Li Chingchao. Pronto las reformas políticas y económicas que emprendieron los primeros emperadores de la dinastía Sung dieron espectaculares frutos. La principal razón de la prosperidad de esta dinastía se debió al desarrollo de la agricultura con una ampliación del comercio y la industria. Surgió una robusta cultura y las artes, la ciencia y la literatura alcanzaron cotas nunca antes vistas. Aparecieron nuevas ciudades y las antiguas se remozaron y adquirieron notable brillo y vigor. Este era el marco histórico que le correspondió a la poetisa al momento de su nacimiento y durante su juventud.

II

Li Chingchao mostró tempranamente su talento literario. Cuando comenzó a ser conocida por sus singulares y novedosas composiciones poéticas decidió colocarse el apodo de “La creyente budista de la tranquilidad” (i-an jushi). Siendo sus padres consumados literatos e historiadores, ello tuvo una profunda influencia en Li Chingchao, cuyo amor por el arte y la literatura se evidenció desde su niñez. La literatura hecha por mujeres fue estimulada por las clases superiores. A los cultos funcionarios les gustaba casarse con mujeres estudiadas e intercambiar poemas con ellas. Pero las mujeres enfrentaban un particular desafío en el desarrollo de sus propias voces, precisamente debido a que los hombres habían definido el género poético.

Cuando Li Chingchao cumplió dieciocho años casó con Chao Mingcheng, un estudiante del Colegio Imperial. A pesar de ser un matrimonio arreglado, de acuerdo a las costumbres feudales de la época, ella fue inusualmente feliz. Chao Mingcheng, aunque nacido en una familia aristocrática, no estaba interesado en lograr una carrera como funcionario, prefiriendo dedicarse a coleccionar y estudiar antiguos libros e inscripciones sobre bronce o piedra. Él fue uno de los prominentes epigrafistas de la dinastía Sung y también un poeta. La pareja estrechó su unión por tener comunes intereses y aspiraciones. Se alentaban y se ayudaban mutuamente en sus trabajos y estudios. Se dice que Li Chingchao ayudó a su esposo a completar el “Registro de inscripciones sobre bronce y piedra”, un importante trabajo acerca de la epigrafía y su historia, para el cual ella escribió un famoso epílogo después de la muerte de su marido.

Con frecuencia la pareja se sometía a interrogatorios mutuos con respecto a los pasajes de los escritos históricos aprendidos de memoria. Algunas veces componían un poema para que el otro lo respondiera con versos del mismo modelo rítmico.

Existe una anécdota del Doble Nueve (noveno día del noveno mes lunar) de un determinado año. Li Chingchao escribió un poema zu de acuerdo a la tonada chi hua yin y lo envió a Chao Mingcheng, quien estaba de viaje. Chao Mingcheng se maravilló por su talento y admitió que él no podía igualarla. Sin embargo, él estaba decidido a emularla. Se encerró durante tres días y tres noches en su habitación. Compuso más de cincuenta zu. Éstos, junto con el de su esposa, los envió a su amigo Lu Defu, comunicándole que todos ellos eran producto de su propio trabajo. Después de que Lu Defu los hubo leído, una y otra vez, dijo: “Me gustan solamente tres de las líneas”. Cuando se le preguntó cuáles líneas, él las recitó:

Cuando el viento del oeste agita alto las cortinas
y ella se hace más tenue que las flores amarillas,
quién no me dice a mí que esto no es desgarrador.


Las líneas correspondían a las escritas por Li Chingchao.

En la sociedad feudal de China era aceptado generalmente el punto de vista de que las mujeres nunca hacían lo correcto y tampoco necesitaban preguntar acerca de los asuntos de Estado. Pero Li Chingchao, a quien de adulta le tocó vivir en un tiempo de acontecimientos extremadamente perturbadores, le incumbió el destino de su propio pueblo. La corrupción de la dinastía Sung, política y militar, crearon oportunidades para que las tribus jurchen derrocaran a la dinastía Liao, establecieran un reino más amplio en el noreste de China y llevaran a cabo incursiones para apoderarse de territorios ubicados más hacia el sur.

El año 1125 el ejército de los jurchen atacó a las guarniciones de la dinastía Sung. Ésta pidió la paz, cedió territorios y entregó riquezas. Dos años después los jurchen avanzan sobre Bienjing, la capital de la dinastía Sung. El joven hermano del emperador tomó el aviso de la política de apaciguamiento de la corte frente al avance del ejército invasor e instó a resistir. Al final del año 1127 el ejército jurchen toma la capital Bienjing, captura al emperador y establece su propia dinastía nombrada Jin (Oro). El hermano del emperador escapó al sur del río Yangze y restableció la dinastía allí, haciendo de la ciudad de Jangchou su capital. A esta dinastía se la conoce en la historia como dinastía Sung del sur.

Li Chingchao se sintió afrentada por todos estos sucesos. Compuso un poema para castigar al emperador y a los funcionarios de la dinastía Sung, establecidos en el sur, por haber olvidado tan rápido la pérdida de su propio país y la cautividad del anterior emperador. Ella escribió:


Ustedes vinieron al sur, pero temen el frío del río Wu;
ustedes cazaron en el norte y conocieron las congeladas aguas del río Yi.


Ella estuvo castigando a los gobernantes de la dinastía Sung, quienes sólo pensaban en su miedo y en su huida y no se preocupaban en ofrecer resistencia en la planicie central para lograr la seguridad de la parte sur del país.

Li Chingchao escribió muchos poemas encendidos de patriotismo. Como éste:


Un hombre valiente en vida;
un heroico fantasma en la muerte.
Yo he vertido mi sangre y mis lágrimas por mi lugar natal
y esparcido mis cenizas sobre las colinas verdes en primavera.


Mientras ellos mostraban su espíritu incondicional hacia el enemigo, también sufrieron una fuerte condena por su corrupción, incompetencia y política de no resistencia.

Para escapar a la destrucción del ejército de los jurchen, Li Chingchao acompañó a su esposo al sur del río Huai. Desafortunadamente, en medio del caos de la guerra, Chao Mingcheng enfermó y murió en la ciudad de Jienkang (la actual Nanjing) en el año 1129. Esto fue un gran golpe para Li Chingchao, quien por muchos años había llevado una solitaria y miserable vida, yendo a la deriva en y alrededor de la ciudad de Jangchou.

En 1134, el cuarto año del gobierno del emperador Gaozong de la dinastía Sung del sur, el ejército jurchen invadió de nuevo las tierras meridionales, causando pánico entre la población. Li Chingchao se trasladó desde Jangchou a Jinhua, donde en su soledad y dolor compuso una famosa canción que incitaba a la lucha. Ella tuvo mucho del espíritu de la legendaria Mulan, la mujer guerrera que se unió al ejército vestida de hombre y combatió durante doce años.

La vida de Li Chingchao como poetisa puede ser dividida en dos períodos, con el año 1127 cuando ella cruzó el río Huai, como el punto de giro. Hay marcadas diferencias de tono y contenido entre los poemas escritos antes y después del cruce del río Huai.

Durante el primer periodo su vida era estable y segura y sus relaciones familiares fueron felices. Esto se reflejó en versos que tomaron la chanza y la alegría con una vena resplandeciente. Ella se concentró largamente en el retrato de la naturaleza y en la vida de alcoba. Sus versos idílicos de este período, siempre en un ambiente festivo y jovial, muestran su profundo amor por la naturaleza. Un ejemplo es el poema zu de acuerdo al tono ru mong ling (Como un sueño):


Con frecuencia recuerdo el atardecer en el quiosco junto al riachuelo;
embriagada, no sé retomar el camino.
A gusto, de noche regreso a la barca;
por equivocación penetro en lo recóndito de los lotos en flor.
¡Me apremio, me apremio!
Se asustan en la playa las gaviotas y las garzas.


No existe traza de afectación o embellecimiento artificial en estos versos. Sus sentimientos de gozo emergen desde dentro de una escena palpitante de la vida de un poblado a la orilla de un río.

Sus poemas de alcoba son amorosos. Ella escribió acerca del amor con pasión y alabanza, algunas veces velando sus sentimientos o expresándolos soterradamente. Otras veces se desahoga en ellos, libremente y con ardor. Como en el poema zu de acuerdo a la tonada i jien mei (Un ciruelo de papel recortado):


Rojas flores de loto; remanente fragancia; estera de bambú como jade; es el otoño;
despacio me libro de la falda de seda; sola subo a la barca de magnolia.
¿Desde las nubes, quién me envía libros de brocado?
Es el tiempo del regreso de los gansos salvajes; la luz de la luna ilumina todo el pabellón del oeste.
Las flores flotan marchitas; el agua fluye por sí misma;
añoranza del ser querido; pena de ambos lados.
Este amor no tiene manera de suprimirse;
se desarruga el entrecejo; se encrespa el corazón.


Escribir tales poemas durante la dinastía Sung, una época cuando la moral feudal era estrictamente defendida por los eruditos y funcionarios, implicaba tener una indudable tendencia antifeudal.

El segundo período de la vida de Li Chingchao fue infeliz. Había perdido a su esposo, un hogar y un país y comenzó a llevar una existencia errante. Afectada por estos infortunios, sus poemas fueron frecuentemente demasiado patéticos. Su más famoso poema zu de esta época fue escrito de acuerdo al tono sheng sheng man (Lento el sonido):


Busco, fría y solitaria, triste, afligida.
De repente, el calor se trocó en frío; muy difícil descansar en paz.
Tres vasos, dos copas de desabrido licor;
Cómo resistir al violento viento de la noche?
Pasaron los gansos salvajes; de veras me desconsolaron;
nos conocemos desde los viejos tiempos.
Por toda la tierra se acumulan crisantemos, marchitos, dañados;
hoy quién puede recogerlos?
Junto a la ventana, solitaria, cómo soportar hasta que llegue la oscuridad?
Al árbol fénix lo golpea una fina lluvia;
a la caída del sol caen gotas.
Esta situación, ¿acaso una tristeza puede resumirla?


Los precedentes versos los creó bajo una extrema melancolía. La tristeza y la depresión eran compartidas por miles de personas que también habían perdido a sus familias, sus viviendas, su bienestar y debieron huir al sur.

Los poemas zu de Li Chingchao son de una alta factura artística. Dan rienda suelta a la libélula de la imaginación y utiliza novedosas metáforas. Creó perfectas representaciones y símbolos. Por ejemplo, en uno de sus poemas ella usa la expresión “lo verde se robustece; lo rojo se debilita”, para describir las manzanas silvestres después de la lluvia y en otro ella retrata, en la alcoba, a una mujer abandonada por su amante. “tan tenue como las flores amarillas”. Su fuerte sentimiento poético, enriquecido y expresado a través de tal imaginería llega con profundidad a los corazones de los lectores. Capaz de un lenguaje refinado y vernáculo ella nunca creó poemas con citas literarias. También se atrevió a componer en nuevas formas y estilos. El uso de siete pares de caracteres al comienzo de las líneas de Sheng sheng man no tenía precedentes, pero tuvo una alta efectividad.

Li Chingchao fue una prolífica autora. Escribió tanto en prosa como en verso. Su singular estilo tuvo una importante influencia en el desarrollo de los poemas zu de la dinastía Sung y ella ha sido leída e imitada por generaciones.

Se supone que murió alrededor del año 1151 en la ciudad de Wenchou. Otros ubican la fecha de su deceso en el año 1155.



Fotografía: Wilfredo Carrizales. Estatua de Li Chingchao en la sala principal de la exposición conmemorativa (construida en el lugar donde estuvo su residencia) ubicada en el "Parque de la Fuente Saltarina" de la ciudad de Jinan.



 
 

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