Mención Honorífica en la Bienal Latinoamericana de Literatura Jose Rafael Pocaterra 2002-2004. Sección Poesía.

Infancia, amor mío

Jhanayra Manzano

 

Rendijas

veo a mi niña
está en la cuna con su rabia horizontal
no puede asir la luz serena de esta tarde

de sus ojos salen musgos resecos
acentuados por el olor de su sombra
quiere jugar a ser estrella
quiere buscar a su luna
pero el cielo está lejos
y las tardes no perdonan la piel suave

duerme y escucha
murmullos de guerras que se tejen
en lo oscuro de una noche que se vuelve interminable
no cabe mas rabia en ese cuerpo pequeño
que dejó de ser agua

una luz se cuela por una rendija
colmada de hilos no puede moverse
se pregunta mil veces si este rayo de sol
vendrá a salvarla
salvar esos ojos que no quieren mirar
un mundo de rostros derretidos y manos disecadas
que no rozan ni se alcanzan

ella peina su cabello lleno de noche
su piel es de arena frágil
las tardes nunca le han regalado girasoles
no tiene voz sólo hebras grises y azules salen de su boca
aleja su mirada sus labios y sus manos
que nadie se acerque a este húmedo lugar

veo a mi niña y el universo se hace una gota
habitada de dragones y selvas encendidas
ella insiste en las preguntas de su tiempo
no sabe si permanecer inmóvil
o desdibujarse.


Acerca de la infancia

una niña puede ser un eco de sueños inventados
que jamás serán palabra que jamás serán fuego
una niña puede ser letargo y espuma
puede ser sólo rocío y musgo

una niña puede ser un cuerpo helado sobre las sábanas

una niña puede estar suspendida en el aire
sin llegar a tocar la piel de las flores
puede ser la corteza seca de un árbol silencioso
puede ser una sombra

una tarde esa niña sale a jugar con las estrellas que madrugan
quiere encontrar a su luna

ella duerme tranquila y no se entera de los pasos
de duendes que marchan en un mundo paralelo
donde no existen ratones ni zapatos
donde dejar los legados de una esperanza envejecida
sus labios se adormecen al compás de las gotas que caen detrás de la ventana
sus ojos se abren a la sombra de culebras
que avanzan sin dejar tardes para la memoria
Sólo hazañas y abismos trae el mar de esta noche
en la que ella piensa en la dulce proeza de salvarse

Algo de hambre

Necesito la libertad
de la mañana
la luz de las palabras

los brillos arrebatados
indecentes
que nada les importa más
que devorar el cielo


Herencia

Ella sólo sabe hacer amasijos
con hilos rugosos, de colores desencajados
se fue quedando enredada en ellos
ahora cuesta encontrarla

le fueron quitando sus dedales sus uñas
la arena resecó sus labios y solo hubo silencio
la sal se ha fijado a sus huesos
la ha paralizado

las tardes pasan en la fábrica de amasijos
del tono de la luz que se fuga
teje y desteje las razones de su luna viajera
y cada sonido se enlaza con el odio

sigue en sus horas mezclando lo innombrable
hilos entretejidos sin forma específica

en una habitación
aún puede escuchar su infancia
a veces asomaba el rostro
entre las rejas
y soñaba con tesoros escondidos
en el patio de abajo

ella sólo sabe hacer amasijos de azul
se enreda y deja de moverse
se complace en quitarse trozos de memoria
porque aun le queda el silencio y la luz tenue

una mujer sigue buscando su luna
en el silencio de una tarde que se duerme
busca un hilo de luz para seguir tejiendo


Jhanayra Manzano. Caracas. Realizó el Taller de Poesía de el Centro de Estudios Latinoamericanos “Rómulo Gallegos” (CELARG) en el período 2001-2002. Una selección de sus poemas aparece en Voces Nuevas. 2001-2002 (Caracas: Celarg, 2005). Infancia, amor mío recibió Mención Honorífica en la Bienal Latinoamericana de Literatura Jose Rafael Pocaterra 2002-2004. Sección Poesía. (Valencia, Venezuela).

 

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