Horacio Costa (Brasil, 1954)
LA INTRUSA
a Ulalume González de León
Compré una maceta inmensa,
planté en la maceta la planta única.
Bosquejaba en el espacio el tallo futuro
cuando la regaba como demiurgo,
y la regaba poco, todos los días.
Planté en la maceta la planta única
y la regaba todos los días.
Tierra suelta: raíces de nadie.
A la sombra de mi planta única
no como epífita, orquídea anual
o liana que en liana prolifera,
no como frágil liquen ártico
que resiste amundsens, tormentas,
a la sombra de mi planta única
hoy en mi maceta inmensa
nació entera, no menos única
la flor de su misma primavera
que germinó de tanta inmensidad,
genio que Aladmo compró y no sabía.
Hoy en mi maceta inmensa
nació la flor de su pnmavera.
La flor de la duda tiene raíces de relámpago,
vivía espectro y yo la ignoraba.
La flor de la duda consume todo el húmus
y la vitamina en un mismo sorbo agónico.
Compré una maceta inmensa,
fue en la mañana, mañana clara,
planté en la maceta la planta única.
De Cuadragésimo, 1996
Piedad Bonnet (Colombia, 1951)
MAPA DE COLOMBIA
En la escuela rural
los niños examinan el mapa,
deletrean
los nombres de los ríos que forman una inmensa
telaraña reseca sobre llanos y valles,
Los volcanes, las cuencas, las ensenadas,
caben, doblados, entre sus cuadernos:
son sólo música de eles o de oes,
puntos verdes, sombreados amarillos
bajo la uña brillante de la joven maestra.
A la hora de la cena, en las palabras
de los mayores,
los niños adivinan
que algo se arrastra y tiembla en los caminos,
que algo baja, sin ojos, emre los ríos.
Alguno sueña con el mar que ha visto
en la tevé o despierta, sollozante,
cuando oye gritos, súplicas, disparos.
Las líneas de otro paisaje
crecen lento en la palma de sus manos:
si miras bien
verás qué hondo es el surco de su destino.
Inédito
Rodolfo Häsler (Cuba, 1958)
LUNARIA. BARCELONA
Un hombre pasa y come manzanas, hojas de laurel,
pasteles de almendras verdes que son un modo
de estar, un índice de premoniciones donde la
verdad tiene siempre lirismo agudo, dulce ebriedad.
Llegaste a conocer la soledad siendo todavía un
muchacho. Perseguido por ella no eres hijo del
tiempo ni del reloj. Por comodidad rechazas la
agresión, la hostilidad, por eso, al morir la
tarde que arrastra en ella la mitología del
espejo, el viaje escandaloso a la casa del planeta
de luz, todos los reflejos de la ciudad coinciden
en tu vaso de té. Tienes el atrevimiento de vivir
en la hoja del puñal. ¿Qué puedo hacer yo ya,
un
pobre santiaguero?
Inédito
Pedro Serrano (Canadá / México, 1957)
HABITACIÓN EN GERRARD ROAD
La cama, el frío, el dominó extendido
por el piso,
la ventana y la puerta del entresuelo
hacia la noche estática.
En las oscuridades interiores
la rotunda atmósfera se hunde
entre las sombras, entre los sueños.
El viento apenas mueve ramas secas,
mece una mesa,
hace del espacio cuajado
un charco de sillas y de hojas.
Nada se oye afuera, nada se viera adentro.
Con los primeros tientos la luz deambula
como una ardilla por las sillas y lozas,
se cuela en este cuarto, lo aviva,
borra a soplos su desmadejada apariencia.
Inédito
Rami Saari (Israel, 1963)
IDENTIDAD
Cuando todos me abandonaron, se quedó conmigo
el hebreo.
El gran delirio de las palabras no me dejó, la persecución
de las frases
[no se detuvo.
Y de esta manera no ceso de trajinar en los lugares extraviados que
me
[asigna la vida:
un trasteo sucede en todos mis alrededores, raíces dispersas
en existencia [errante.
Mi único pasaporte arde entre mis dos oídos: soy ciudadano
perpetuo de
[mi lengua.
De Hombres en la encrucijada, 1991.
(Traducción del hebreo por Lihie Talmor)
Sonia Chocrón (Venezuela, 1961)
UN CUERPO ES UNA CASA ES UNA ISLA
Un cuerpo es una casa casi hermética
abandonado a la idea de sí mismo
Es también una isla que ha nacido
a medianoche sin temblores iracundos
abiertamente sola al desamparo
exiliada, dividida de este mundo
Un cuerpo es una casa es una isla desierta
de la tierra que todo lo junta prontamente
con el afán de la hechura del polvo
De La buena hora, 2002.
Carmen Valle (Puerto Rico, 1948)
IR Y VOLVER
Nunca iré a Venecia;
lo presiento.
Nunca a Le Mans
ni a Fez,
nunca al mar de Calisto
ni al rumor del desierto
ni al cero, nada, nulo
de un alud de nieve desde lejos.
Pasaré por las páginas de todos;
pasaré por sus nombres sin recuerdos;
pasaré en sueños, quizás,
sin pasar.
Todo será un volver al mismo sitio,
un marcharse con él a cuestas
y un regresar indeciso pero cierto,
distinto, a veces similar, idéntico.
Inédito
Edda Armas y Lihie Talmor. (2006). Fe de errantes.
17 poetas del mundo. Caracas: Otero Ediciones.
Poetas reunidos: Fabio Morábito, Reynaldo Pérez
So, Horacio Costa, Piedad Bonnet, Rodolfo Häsler, Carmen Villorro,
Edda Armas,Françoise Roy, Pedro Serrano, Rami Saari, Sonia Chocrón,
Luis Enrique Belmonte, Carmen Valle, Vicent Berenguer, Zoelia Frómeta
Machado, Antonio Deltoro.
Artistas grabadores: Juan Manuel de la Rosa, Lihie Talmor
ilustración:
Lihie Talmor. De la serie Confines. Fe de errantes. p. 40
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