5 poemas de Lydia Dávila

 

selección Aleyda Quevedo

 

ÉXTASIS VIOLADORES

Has roto la penumbra de mis otras horas…
Violaste las entelequias de mi herida.
Para que se acueste en mi remanso tu racha de besos madrugadores.

Te enervas de alcaloides. Cerca de mis plantas hay una algarabía
de estertores: la reliquia de mis senos desnudos.
Juegas en mi cuerpo con tus dedos beodos. Has roto
la simetría de mis líneas… y sorbes del licor añejo
sin genuflexiones de Amor.

 






YO, LYDIA
Yo, Lydia: soy la flor migratoria de unas cuantas romerías en camino.
Yo, Lydia: soy el claro de luna que prendió inquietudes
en tu sangre de gitanos amores…
Yo, Lydia: soy la casta visión de Sandor.
Por él soy infinita, con tibiezas de tarde y desgarramiento de nieve.
Sabes? Hay enervaduras de carne en mis poemas de hembra: hembra mala…
hembra buena. Me tienta la nostalgia de sus ojos enfermos
y es un pecado la encarnación más perfecta de mi deseo…
Yo, Lydia: asesino a los minutos en locas sensaciones…
I, como Santa Teresa, Kempis o Smiles, me apago en una insatisfacción
el sagrario: desvanecimientos eternos, vagidos en floración,
vértigos en mi sangre…
Yo, Lydia: soy la mujer más bella. Si tú me vieras…!
En el vaso consagrado de mi cuerpo se derramó
una greguería de tentaciones.






La alucinación de tu deseo vivirá en la linfa de mis fecundidades.
De mis fecundidades que tienen dolores jesucristinos…..

Seré buena…….
para recibir la hostia sagrada de tu sexo.
La herida milagrosa de tus carnes en floración.

Yo sabré esperarte……
a conjuro de una tentación, de un éxtasis…..
de una agonía……






SOLA

El tiempo huye tediosamente, con alas de convalecencia, por mi ventana…
Pienso: en la mesa de disección, días neutros que fuero sístole y diástole de
mi existencia…Hoy mutilada, andrajosa, pálida. Si pudiera caracterizarme,
sería la consagración de un dolor con mascarada suprema.
Tengo una tentación de la llama de mi cuerpo: el primer hombre
la santa agonía de mis castidades y con retornos de noche. La primera
calcomanía de mis ansias…Un hombre de cabellos lavados en tinieblas
y con sabor de mis dolores de hembra, de maldita hembra pálida.
Después…
una lascivia de huellas roídas, un camino gastado, una laguna infinita.
Lastimaduras en mi ser, porque soy una bella flor de histerismo.
Después…
un cáncer que hinca…Un dolor voluptuoso y canalla. Después…

 





LÁMPARA

Un delirio de luz, y luego un encenderse de prodigios en las
fosforescencias de mi carne: violeta transfigurada, rojiza…

Está naciendo una lámpara, en el peregrinaje de las epilepsias alegres…

Soy toda luz, maravillada de luz, bañada de luz. Una nueva sonata
de cromatismo. Un vaho rojo por el monótono valle.

Tu amor hizo el rutilo de una iluminación interior.

Tengo una lámpara en mis languideces. Una fosforescencia de deseos
en mis dos labios. Soy así: luz…!

 

 


ilustración: acciones del rosa. collage.

 

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