Santa Frida

 

María Ramírez Delgado

 

Santa Frida,

Líbranos de los amores caninos y de buscar entre papeles los matasellos de cartas olvidadas sobre las mesas.

Ayúdanos a bailar en las noches con mujeres hermosas hechas de fotos viejas.

Haznos caer en la tentación de bañarnos en óleo y aserrín.

Santa Frida, queremos, como tú, escribirnos el cuerpo con hojillas de pinceles y esconder sobre nuestras camas esqueletos de pólvora.

Sálvanos de desear parecernos a las muñecas y de acariciar fervorosamente a sus hijos.

Aliméntanos la tentación de las horas desoladas antes del amanecer, donde amamos y odiamos a los Diegos.

Confiamos en que no permitirás jamás que vivamos en Detroit o cualquier otra ciudad gris, donde sólo encontremos la tierra en macetas.

Protégenos de no sentirnos rotos, de desintegrarnos lentamente, de no querer bañarnos en oro.

Ofrécenos el deseo y la habitación desnuda para hacer el amor inesperadamente.

Y redímenos del camino del olvido lentamente.




María Ramírez Delgado. (Los Teques, Venezuela, 1974). Poeta, narradora, dramaturga, orfebre, diseñadora de joyas. Ha publicado Éramos malos y otros textos agrios. Narrativa (2002), En el barro de Lesbos. Haikus (2002) y Quemaduras. Poemas (2004).


ilustración
: Autorretrato con el pelo suelto.

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