Petición
Una verdad me sea dada
en lo que escribo.
Que si las palabras fracasan,
sobre su desecho,
quede prueba al menos
de la tentativa.
Ahora sabes,
que no basta
lo que es suficiente.
Caprichoso es lo indecible,
menor tu arte.
De fracaso en fracaso,
sin embargo,
puedes construir tu obra.
Baldío, desecho, basura,
¿cómo desconocer
que el día también allí destella?
Composición
Las usuales cosas de siempre.
Nadie daría un peso por ellas.
Su brillo de latón
ahogado en el trivial
episodio de cada día.
El beso que hoy sumamos
al beso de ayer.
Su inhumano porvenir.
La loza que se acumula
en el fregadero.
El rosedal
que cunde en el jardín
opaco.
Nadie hablaría aquí
de salvación.
Y sin embargo
son ellas,
las usuales cosas,
el beso, el fregadero,
el jardín,
los sueños
que apenas te llevan
a alguna parte,
las que
en su destello,
en su paciente desventura,
elevan al cielo
el coro
que hace volver la cabeza
a los mismos ángeles.
Rango
Sabía, sin mucha razón,
que alguien venía.
Ignoraba quién,
pero alguien venía.
Este era el día
¿cómo no marcar la fecha?
de una dicha imprevista.
El lugar, la mesa,
los preparativos,
imponían un cuidado.
Alguien venía.
Abrió la puerta.
Su apretado corazón
midió la espera.
El rango le inquietaba,
el poder de su belleza.
¡Jamás la expectativa
había sido tanta!
Alguien venía.
Esperó y esperó.
Nadie vino.
Pero supo,
con mucha razón,
que a su vida daba valor
¡ y en qué medida!,
aquella espera.
Embrujo
Ningún anhelo mejor
que la vida misma.
Ningún sueño más apropiado
que la misma realidad.
Ningún suceso mayor
a un día
en el cual no sucede nada.
Una fiesta: el más trivial
de los actos,
el más distraído de los besos.
Fábula,
despertar y saber
que estamos vivos.
De este lado
Al levantar la vista,
allí en el balcón,
del color de las flores,
el instante perfecto.
Tuyo, tarde, es este
pliego luminoso.
Como si alguien supremo
hubiera escogido
el lugar para descender.
El rubor de las pequeñas hojas.
El reflejo encarnado en la ventana.
Tal presencia
me estremeció.
Y, por mirar, quedé en vilo.
Un parpadeo.
Luego un instante
que al dudar de su realidad,
enseguida pasó.
Instante
Entre tanto instante muerto,
uno vivo.
Uno capaz de colmar
la vida misma.
Como si al mar
lo absorviera
la arena amorosa
de la luna.
Un instante
en que el amor llameó
y resucitó
los instantes
que estaban muertos,
llenando de pánico al cielo.
Y que luego
- ambulante actor -,
se trajeó
de rosas, espinas
y soles fríos,
sin saberse cómo
ni cuándo.
Gesta
Día, lugar hago en mí
a tu jubilosa materia.
En la habitación
el sol entró y se sentó
como una divinidad.
Tanta luz confundió
los objetos.
El ramo encarnado
titubeó
junto al blanco de la pared.
La mesa y los utensilios
casi se esfumaron
como fantasmas.
Las sillas se solidificaron
en un mármol
liso y reverberante.
En mi mano la taza de café
se agitó, derramándose.
Después fue la gesta
en la que
sin mayores espantos
se me desolló vivo.
Advertencia
Doblaría el metal
si el metal
cayera en sus dominios.
Igual el mar
(que no acepta dueño
distinto a sí mismo),
callaría su agitación
con sólo advertir
su presencia.
También
acabaría con la vida,
si la vida
fuera su enemiga,
tal es su poder.
Tal el abraso de su lengua.
Y, sin embargo,
te ha escogido a ti
- débil como ninguno -
para sobrellevar su carga.
A ti,
incapaz de utilizar
remedio
o conjuro alguno
en su contra.
Más vale que resistas.
Leve es el arma,
incurable la herida.
De las brasas del amor
nadie se salva.
Elkin Restrepo.
(Medellín, 1942). Poeta, narrador, dibujante y abogado. Ha
publicado: Bla, bla, bla (1967), Ohhh (1970), La
sombra de otros lugares (1973), Memoria del mundo (1974),
Lugar de invocaciones (1977), La palabra sin reino
(1982), Retrato de artistas (1983), Absorto escuchando
el cercano canto de sirenas (1985), La dádiva
(1990), Lo que trae el día (antología, 1983-1998)
(2000), Fábulas (1991), Sueños (1993),
El falso inquilino (1999), La visita que no pasó
del jardín (2002), Luna blanca (antología,
2005), Amores cumplidos (antología, 2006). Poemas
y textos suyos han sido traducidos al inglés, francés,
ruso, alemán y hebreo. Fundador y codirector de las revistas
literarias Acuarimántima, Poesía y
Deshora. Actualmente dirige la Revista de la Universidad
de Antioquia y la revista de cuento Odradek. Ha sido
invitado a congresos de escritores, festivales y ferias del libro
en Estados Unidos, Israel, Venezuela, Austria.
Los poemas que aquí se presentan pertenecen
a La visita que no pasó del jardín, 2002.
fotografía: En el café del Leopold
Museum, Viena.Mayo 2007. maría antonieta flores.