| Con los ojos cerrados 
         Llueve sobre el silencio de la noche
 y mi cuerpo.
 La luz del día se abrió como 
        una flor:aún la toco
 cuando cierro los ojos.
 Llegó la noche, llueve, tengo sueño.
 ¡Quién pudiera dormir y despertar como la verde rama
 que asoma de la tierra
 vencedora del sueño!
 
 
 
 
 
   Con mirada secreta  Con mirada secreta entro en la bóveda: el silencio cobija.
 Hundo ahí el ojo,
 buceador de sombras.
 El que sí ve, el que no adivina.
 Palpo sedosos, palpitantes materiales. Busco membranas
 en donde el sueño anida.
 
 
 
 
 
   Entrañas Entrañas,
 entrañitas de coral, de blanda púrpura,
 teñidas con polvo de alheña:
 las que ascienden por iluminadas regiones,
 las que van por la tierra.
 Estas entrañas eran para arrullar entre cristales sonoros
 todos los estremecimientos.
 Estas entrañas son herméticas, de acero.
 
 
 
 
 
 Chacal  Abre los ojos duros al amor de tu seno
 y tú lo abrigas, mientras
 él afila los dientes.
 Es suyo, sólo suyo,el aullido y la furia.
 Suya la tarascada de la carne caliente.
 Ya no es de él ni tuya el ansia de algo más
 que te enfrenta y te grita:
 a ti, la tierra,
 sorda y ciega.
 
 
 
 
 
   Los desollados  Ir por un haz de luz y que se apague,
 ascender hasta el filo de la sombra
 pie en tierra, y en el aire, y en la danza,
 fincados y aferrando y muriendo.
 Si bajo un leve pálpito revestimos con nuestra piel
 cielos nublados, torrenciales lluvias,
 tierra, fieras que cabecean
 esquivando los golpes,
 fumarolas
 y luminarias densas.
 Así a la luz, así a la sombra: desollados y revistiendo
 mundo con nuestra piel.
 Y todavía con amor de gravidez.
 
 
 
 
 
 
 QUÉ ES LO VIVIDO I¿Qué es lo vivido,
 en qué poro ha quedado
 o en qué ráfaga?
 Puente a la oscuridad o la pendiente veloz
 de una sonrisa
 que se apaga,
 pero también calor
 en medio de la sombra,
 acomodo
 de criaturas que buscan suavemente
 su modo de dormir
 mientras una ventana
 se va cerrando hacia el oriente
 y la luz de la tarde
 se unta silenciosa.
 *Todo está bien:
 no mintieron los rostros de las cosas,
 sólo sabían brillar
 en su secreta forma de caer,
 sólo sabían decir:
 es así, así es,
 mientras acrecentaban su caída,
 se hacían ovillo,
 y en su acomodo hablaban en voz baja
 de lo que hubieran querido ser.
 *Bajo la forma gris de las cenizas
 cuántos tonos de rojo,
 cuántas lenguas
 se quieren desatar
 para arder;
 cuántas columnas de aire
 que gozaron de peso y consistencia
 en su día,
 sostienen el papel
 de seda
 para envolver
 fantasmas,
 que aún tosen suavemente
 para no
 desaparecer.
 
 
 II Nadie diría hacia dónde ni en qué forma.
 Nadie ha vuelto. ¿Dónde lanzar la vista,
 ciega como lo blanco de los ojos?
 Nadie diría hacia dónde ni en qué forma.
 Las alas no han nacido. El chasquido de las horas
 estremece las sombras y el descanso.
 Las madejas de seda del entorno
 sólo anuncian lo oscuro:
 silencios de crisálida, ciegos y amortiguados.
 Es la ronda nocturna, el revolverse sobre el mismo cuerpo
 que no tiene respuestas:
 las rosadas encías del anciano
 ya no pueden morder verdades ácidas
 pero en el sueño, pero en la seda y su amortiguadura
 los golpes de la vida
 pierden brutalidad.
 *
 Hay sol, rondan despacio
 los astros invisibles.
 Atendiendo a los ruidos, hay calor allá afuera.
 Como los corazones recién arrebatados a las víctimas
 palpita el deseo de vivir,
 tórtola gris aún en movimiento
 que picotea cenizas en aceras de sueño.
 Dar y tomar la vida cada día,
 devorar copos ácidos y aún tibios
 ahogar los alaridos
 transformarlos en tímida
 palabra cotidiana.
 No atravesar el cielo
 para encontrar promesas y dádivas.
 Habitar el rincón,
 bajo techo, iluminado
 con luz artificial:
 y gritar y gritar, gritar por dentro
 hasta romper el techo y las paredes
 y la muralla del pecho
 para formar esta hilera de palabras.
 
 
 III
 ¿En dónde está mi sueño
 y el pausado resuello de mi pecho?
 No se mueve la música ni avanza entre las olas luminosas.
 Se destiemplan los dientes al morder este fruto de la tierra extranjera.
 Fruto de ningún árbol,
 de lugar sin perfil.
 ¿En dónde está mi amor? ¡Aquí, aquí! En medio del no ahora
 pero sí.
 
 
 IV Es el mar
 que regresa después de huir mil veces.
 Son los días y su paso de langosta
 que devora el silencio.
 Es el mar y los días:
 Son las horas de paso redoblado y las noches fugaces
 con sus lunas que crecen y decrecen.
 Es el sol cotidiano y sus fulgores;
 el cielo de la noche,
 donde asoman sus ojos centenarios
 muchas estrellas frías.
 Soy yo con una caja resonante
 donde guardo preguntas.
 
 
 V
 Es de tarde, la sombra se extiende:
 los altos edificios, jaulas de oro,
 se levantan al paso: el autobús
 sortea un chirrido de frenos y el obstáculo.
 Apenas veo. Vamos de pie, y cada uno a solas
 en esta multitud.
 El camionero hace malabarismos, cobra el pasaje, pide: ¡Pasen al fondo!
 ¿Al fondo de qué?
 de sus diez horas de trabajo,
 mientras bajan y suben las hormigas.
 Allá, en las jaulas de oro, los burócratas
 del turno vespertino
 van tras el humo de sus cigarrillos
 fuera de las ventanas.
 Ha pasado la hora del café, y del último chiste
 subido de color.
 Los pálidos del ocio
 también miran
 caer la tarde, mientras todos
 nos preguntamos: ¿por qué y para qué?
 
 
 VI
 Era la ira su forma de ser muerte
 y la vida con ella
 loco juego de sangre:
 el trato humano choque de sombras
 estruendo de materias divididas.
 La muda ostentación de los instintos, el acechar,
 y el comprar y vender,
 vender, venderse,
 acción de cada día.
 Era la muerte su escudo y su lanza,
 la sombra de su color,
 y la terrosa ilusión de ser hombres
 su condición.
 
 
 VII La filiación en Dios
 no se reconocía:
 Y cómo en ese tráfico de aceros,
 inmisericordes
 en el roce con sus semejantes:
 ensamblados
 como ruedas dentadas de una máquina
 enloquecida.
 Las ruedas duermen sobre sus órbitas: silban sin sueños mientras giran
 los días y las noches dentro del tórax
 sin alterar el ritmo de la sangre
 sin despertar a un solo
 corazón amante.
 
 
 VIII
 Es verdad que se aloja en alguna parte,
 en la más recóndita, resguardada de aires y de olvidos.
 No sé delimitarlo,
 sólo sentirlo:
 En el sobresaltado sueño está presente: 
        en lo negro del párpado cerrado
 y en mi futuro cierto.
 Un delgado cabello la separa del placer y consume
 como cucharadita de nieve
 cualquier excelsitud en su cumbre más alta.
 ¿Quién se atreve con ella? Sólo el amor hasta el último aliento.
 Sólo el amor su resta sobrepasa.
 
 
 IX
 No es una sola muerte,
 es la muerte con mil
 máscaras distintas:
 a la vuelta del día, en lo mejor de la noche,
 a la mitad de la vida.
 Mi mano tiene muerte,
 el polvo de sus alas entre mis dedos
 me recuerda que está viva.
 
 
 
     Dolores Castro. 
        (Aguacalientes, México, 1923). Poeta, narradora, ensayista, crítica 
        literaria, profesora universitaria, guionista de radio y conductora de 
        programas de poesía en televisión. Licenciada en derecho, 
        posee Maestría en Letras (UNAM) y Maestría en Estilística 
        e Historia del Arte (Universidad de Madrid). Ha publicado en poesía: 
        El corazón transfigurado (1949), Dos nocturnos 
        (1952), La tierra está sonando (1959), Cantares de 
        vela (1960), Soles (1977), Qué es lo vivido 
        (antología, 1989), Las palabras (1990), No es el amor 
        el vuelo (antología, 1992), Tornasol (1997), Sonar 
        en el silencio (2000), Poesía completa (2003), Antología 
        poética (2003, edición bilingüe francés-español), 
        A sombraluz (2006, en prensa). Premio de Poesía Nezahualcóyotl 
        compartido con José Emlio Pacheco (2004). El Fondo de Cultura Económica 
        prepara la edición de sus obras completas y de un poemario inédito.
 Una selección de sus poemas se puede leer en el 
        cautivo n. 23. (julio 2006).
 El pasado domingo 06 de abril se le 
        rindió homenaje a la poeta en el Palacio de Bellas Artes. Participaron 
        Manuel Andrade, Benjamín Barajas, Israel Ramírez, Elisa 
        Buch y la misma Dolores Castro.   
fotografía: 
          afiche del homenaje. Instituto 
          Nacional de Bellas Artes. Coordinación Nacional de Literatura. 
          México. |