Cuentos del África negra
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Baila
- Zambia
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El buitre, el águila pescadora y el cuervo vivían sin fuego, porque en ese entonces nadie sabía producir fuego sobre la Tierra. Y sintiendo la necesidad del fuego, todos los pájaros se reunieron y exigieron: -¿De dónde provendrá el fuego? Algunos pájaros dijeron: - Quizá venga de Dios. Entonces la avispa se propuso voluntariamente: - ¿Quién quiere ir conmigo a buscar a Dios? El buitre respondió diciendo: - Nosotros iremos contigo: yo, el águila pescadora y el cuervo. Así, a la mañana siguiente ellos se despidieron de los demás pájaros, diciendo: - Vamos a ver si conseguimos que Dios nos dé el fuego. Luego se fueron volando. Y después de haber pasado diez días en vuelo, unos huesitos cayeron sobre la tierra. Eran del buitre. Más tarde también cayeron otros huesitos. Eran del águila pescadora. Solo la avispa y el cuervo continuaron en vuelo. Cuando pasaron veinte días,
otros huesitos cayeron sobre la tierra. Eran del cuervo. Solo la
avispa continuó solita su vuelo. Cuando pasaron treinta días,
ella se puso a reposar en las nubes. De ningún modo había
llegado a la cumbre del cielo. La avispa le contestó: - Jefe, no estoy yendo a ningún lado en particular. He venido solamente a pedir un poco de fuego. Todos mis compañeros se han caído por el camino, pero a pesar de eso, he persistido en seguir. Me propuse de todo corazón llegar hasta el Dios del Cielo. Entonces Dios le respondió: - Avispa, por haberme alcanzado, tú serás la jefa de todos los pájaros y los reptiles que hay sobre la Tierra. A ti, ahora, te daré mi bendición. Tú no tendrás que engendrar hijos. Cuando quieras un niño, anda y busca una pila de granos, allí encontrarás un insecto, cuyo nombre es Ngongwa. Ni bien lo encuentres, tómalo y llévalo a una casa. Cuando llegues a esa casa, busca el fuego donde los hombres cocinan y construye allí una vivienda para tu hijo Ngongwa. Cuando hayas terminado de construirla, colócalo a él adentro y déjalo permanecer allí. Luego de que hayan transcurrido muchos días, anda y míralo. Un día verás que él ha cambiado y se ha transformado en alguien igual a ti. Así, pues, hoy, la avispa antes de construir una casa, mira hacia el fuego del hogar, como Dios se lo pidió.
ilustración: Mekias Munyaradzi: "Old Story Teller" (opal) tomado de www.tvind.dk/getNewsPic.asp?NewsID=14
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