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Marceline
Desbordes-Valmore |
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¡El infierno está aquí!
El otro no me asusta. De él me han hablado mucho y su nombre funesto Cuando la ola de días va agostando mi flor, ¡Si es cierto lo que dicen, es preciso ir allí, Allí habrá que bajar, sin más luna
ni luz Para oír cómo gimen las almas condenadas ¡Dolor de los dolores; no poder agotar De noche tropezar en celdas intranquilas Ni poder decir al Señor incomprendido: Me escondo; tengo miedo de tener miedo y frío, A un recuerdo mis brazos vuelvo a abrir tristemente, Sueño que estoy en él, tras la muerte llevada, cubriendo con las manos el semblante abatido, Allí voy; precediéndome, mi llegada proclamo Y este corazón mío no tendrá más
dulzura Cielos, ¿adónde iré Mientras el fallo eterno rechace mi plegaria No he de ver más escenas mundanas y horrorosas ¡No gozaré del sol! ¿Por qué?...
La luz querida Ve el culpable que a la horca su delito conduce ¡En los aires no hay pájaros! ¡No hay
fuego en el hogar! Para el junco del lago no hay un soplo viviente Ni el zumo de las frutas que ofrecen su frescura Del corazón ausente que me hará padecer Cielos, ¿adónde iré ¡No más recuerdos de esos que me embargan
de llanto ¡No más familia dulce, sentada en el umbral ¡Ni más voz adorada, cuya gracia invencible No más libros divinos desde el cielo exfoliados, Y no osando morir tampoco oso vivir ¿Por qué hay sobre las cunas, padres, la
flor de un hijo Cielos, ¿adónde iré ¡Bajo la cruz se inclina el alma prosternada, Mas no tengo en la muerte si me siento expirar ¡Si en el cielo apagado alguna estrella pálida ¡Si bajo las sombrías bóvedas del
horror ¡Ay, sería mi madre, intrépida y bendita, ¡Sí; mi madre podría al Dios justo
ablandar De la esperanza joven alzara el fuerte viento Sentiría sus brazos, dulces, fuertes y hermosos, El aire auxiliaría a mis alas nacientes Huiría para siempre, pues mi madre al partir Mas antes de pasar las mortales fronteras Y en aquel campo fúnebre en que dejaba flores caeríamos, solícitas, entusiastas y ardientes, “¿Venís hacia el estío en que
ha de retoñar ¡Con Dios y sus palomas venid en santos vuelos! ¡El sepulcro está roto por la eterna pasión!
Traducción de Mauricio Bacarisse (1921), http://es.wikisource.org/wiki/Los_sollozos
Marceline Desbordes-Valmore (1786-1859, Douai, Francia). Poeta, actriz, cantante. Única mujer incluida en Los poetas malditos de Paul Verlaine. Su obra publicada: Élégies et romances (1819), Elégies et Poésies nouvelles (1825), Poésies Inédites (1830), Les Pleurs (1833), Pauvres Fleurs (1839), Bouquets et prières (1843), Poésies posthumes (1860).
ilustración: http://es.wikipedia.org/wiki/Marceline_Desbordes-Valmore |