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La hermética maravillada (selección de poemas)
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María Calcaño |
El hallazgo Hoy me lo he hallado Cuando se es campesina Hoy me lo he hallado De Alas Fatales, 1935 Fiereza Cuando me llama él Hondo y arraigado De Alas Fatales, 1935
Es amor. Es lo que no me deja morir. Por mis muslos claros ¡Qué feliz soy Envejeciendo junto a los árboles
Hombre que me deseas, Apágame el sentido Sólo así: Como rama con fruta. Mi beso ya no tiene pleamares. De Entre la luna y los hombres, 1961
Soy todavía hermosa. Y no soy libre. Pero esos caminos Ahora estoy rica. Con este verso De Entre la luna y los hombres, 1961
Reclamo de los días Casa de fabricantes y abuelos. La mañana cede De La hermética maravillada (1938) (Poesía inédita)
Los venezolanos sabíamos poco o nada de María Calcaño hasta hace unos veinte unos. Nacida en Maracaibo (1906), su obra poética fue silenciada por más de medio siglo por cause doble: silenciada, en primer lugar, y como buena parte de la producción literaria de provincia, por la imposibilidad de acceder a los incipientes circuitos de difusión y distribución de los bienes culturales con los cuales contaba la nación a inicios del siglo XX. Acorralada y desconocida, además, porque su poesía tocaba fibras sensibles de la moral en uso, en una ciudad que se ha distinguido a lo largo de su historia por alimentar un persistente y agüerrido conservatismo. La lectura de su obra es, pues, reciente, y tal lectura no sólo acabó por darle carácter a esa obra, carácter que posiblemente haya limitado y empobrecido el abordaje de su poesía como un todo; sino que del mismo modo, y apoyándose en el espíritu erótico que campea por sus versos, terminó por inventar al personaje mismo.
María Calcaño.
(Maracaibo, Venezuela, 1906-1956). Publicó: Alas fatales
(1935), Cuentos sin patria (1940), Canciones que oyeron
mis últimas muñecas (1956), Entre la luna y los
hombres (1961, póstumo). Cósimo Mandrillo ha hecho
una labor fundamental en la difusión de su obra a partir de la
década de los ochenta del pasado siglo. |