Poemas

 

Víctor Valera Mora

 

 

Cantares romanos


X I I

Entonces estaba yo
en un bar alemán del centro de Roma
con una bebedera de cerveza y un habla
hasta por los codos de cuanto existe con una
becaria venezolana cuando de pronto
se me vino de necedades con aquello
de que “la cuestión de nuestros pueblos
se ve más clara desde Europa” pero
sus ojos eran dos culos de botella
y entonces los últimos tragos
los tomé lejos solo en Trastévere











X I I I
Mi amiga romana me invitó a su casa
a comer una pizza preparada por ella
En el camino me preguntó
si yo era maoista
y entonces le hablé de la pasión
según Simón Rodríguez
y de la irremediable cabronería rusa
y de la noticia aparecida en los diarios
donde un ministro celeste declaraba
“que parecía que las relaciones de China
con los EE UU iban a ponerse tensas”
cuando los malditos pilotos yanquis
devastaban la casa de la vida en Hanoi
y la dejé en la puerta de su casa y me vine
sin comer y con cigarrillo y niebla
y rabiando y pensando en venezolano
que el internacionalismo proletario
es un burro de papel
y con reumatismo para más vaina










Descubrimiento y caída de Europa

Después del Dante no consiguen la llave ni la cerradura
Boca sin dientes machacona melanconía consiguen
Algunas canciones populares cabecean buscando salir
pero de tanto repetirse dejan ver el aburrimiento
No hay epopeya Si alguna vez la hubo
fue sobre el tablero que no inventaron
Esta gente se ha recogido
Sus ropas huyen del sol
Sus corazones se alimentan de musgo y polilla
Ni el más exigente cataclismo los conmueve
Para ellos el horizonte es una línea curva que comienza
en las caras y termina en los sellos de las monedas
La vieja puta tetas de pietra ciudad y el gran gorila con sotana
están ahí para hacerles recordar su fiesta en el otro mundo
Italia es una ruina libre encadenada al Vaticano
En los trenes he visto millones de héroes comiéndose los hígados
y cuándo cómo dónde por qué contra quién semejante orgullo
Hasta héroes de la próxima guerra he visto
Se consumen en la insípida salsa de sus pobres vidas
y una corriente de aire los espanta
La poesía seguirá siendo africana india occidental asiática
Sus mitos digamos el rapto de Helena por decir algo
son el despojo y el viento cruel de lo que hemos llamado
“El caminar por sobre el agua sin dejar huellas”
No en vano sienten una irresistible adoración por los perros
Es de preguntarse ¿La pérdida de la naturaleza?
¿El no haber intuido y mucho menos rozado el centro del universo?
¿La nostalgia colonialista?
Quizás en las tres o en la última interrogante esté la clave
En tres mil años de escritura la tristeza más voraz
No se ha desplazado ni un milímetro de este continente
Cuesta creerlo pero es así Viajeros
Si el Dante fue nombrado es por su infierno su purgatorio su paraíso
En el aire aún están los viejos puntos cardinales (Claudia) menos uno
De éste sabemos nosotros. Y lo preservaremos.

 











Amanecí de bala

amanecí bien magníficamente bien todo arisco
hoy no cambio un segundo de mi vida por una bandera roja
mi vida toda la cambiaría por la cabellera de esa mujer
alta y rubia cuando vaya a la Facultad de Farmacia se lo diré
seguro que se lo diré asunto mío amanecer así
esta mañana cuando abrí las puertas con la primera ráfaga
alborotando tumbando todo entraron a mis pulmones
los otros poetas de la Pandilla de Lautréamont
grandes señores tolerados a duras penas por sus mujeres
al más frenético le pregunto por su libro vagancia city
como me gusta complicar a mis amigos los vivo nombrando
el diablo no me llevará a mí solo
ella antiguamente se llamaba Frida y estaba residenciada en Baviera
en una casa de grandes rocas levantadas por su amante vikingo
sus locuras en el mar de los sargazos
hay sol hasta la madrugada y creo que jamás moriré
sin embargo deseo que este día me sobreviva
soy desmesurado o excesivo y no doy consejos a nadie
pero hoy veo más claro que nunca y quiero que los demás participen
hermoso día me enalteces desenfrenada alegría
no tengo comercio con la muerte no le temo
llevo en la sangre la vida de cada día soy de este mundo
bueno como un niño implacable como un niño
guardo una fidelidad de hierro a los sueños de mi infancia
en este punto soy socrático él y yo elevamos volantines
restituimos la edad de oro el "qué habrá" al final del arco suspendido
ahora mismo se está mudando un río
hoy una morena de belleza agresiva me dijo pero si estás lindo
entonces yo le dije acaso no sucede cada dos mil años pierdo el hilo
día de advenimiento de locos combates de amor a altas temperaturas
desnudos nos hundimos en las aguas del mismo río

Las bellas canciones italianas
las botellas de vino del país más oceánico
la lluvia que no se le encuentra remedio
la manera de ser infiel
las infinitas formas de hacerse el amor
las calles como despojos de fotografías
la guerra animal que no cesa que no debe cesar
las palabras que nada significan que no dicen nada
el comienzo de las páginas
secretas de los libros que todos conocen
las lecciones del kama sutra que no me conmueven
esta mujer boca arriba desnuda en la estera
llamada adiós llamada vuelta de la esquina
que se irá que tiene que irse mañana
que discute las noches de julio con interrogaciones
que jamas se repetirá en otra vida aaaaaa(…)










Amargo

Ayer cuando nos abrazamos y te fuiste de la tierra
y tu corazón gemía como un jet y yo sin poder hacer nada
Entonces decidí no hablar más a los aviones
ni a los grandes barcos que cruzan océanos
Sé lo que eso implica y callo bajo protesta

Junio 67











Invierno caldo

Cuídate bella de un salvaje en celo
apártate cuando lo veas venir desnudo
con un puñal entre los dientes
rugiendo buscando amor
por las calles del invierno romano
Si puedes contenerlo incrépalo
pero no esperes respuestas lógicas
un salvaje no pesa ni mide nada
su corazón se precipita con todos sus hierros
Cuídate me gustas mucho
Mis deseos los llevo engatillados










Oficio puro

Cómo camina una mujer que recién ha hecho el amor
En qué piensa una mujer que recién ha hecho el amor
Cómo ve el rostro de los demás y los demás cómo ven el rostro de ella
De qué color es la piel de una mujer que recién ha hecho el amor
De qué modo se sienta una mujer que recién ha hecho el amor
Saludará a sus amistades
Pensará que en otros países está nevando
Encenderá y consumirá un cigarrillo
Desnuda en el baño dará vuelta a la llave
del agua fría o del agua caliente
Dará vuelta a las dos a la vez
Cómo se arrodilla una mujer que recién ha hecho el amor
Soñará que la felicidad es un viaje por barco
Regresará a la niñez o más allá de la niñez
Cruzará ríos montañas llanuras noches domésticas

Dormirá con el sol sobre los ojos
Amanecerá triste alegre vertiginosa
Bello cuerpo de mujer
que no fue dócil ni amable ni sabio












Nota: Pienso que este poema debería ser leído junto al poema “Té de manzanilla”, la respuesta de la amiga Miyó Vestrini, quien también conoció y vivió Roma, gracias a su colaboración como agregada de prensa en la embajada de Venezuela.







Té de manzanilla

Mi amigo,
el chino,
escribió una vez sobre cómo se sientan
y caminan
las mujeres después de hacer el amor.
No llegamos a discutir el punto
porque murió como un gafo,
víctima de un ataque cardíaco curado con té de manzanilla.
De haberlo hecho,
le habría dicho que lo único bueno de hacer el amor
son los hombres que eyaculan
sin rencores
sin temores.
Y que después de hacerlo,
nadie tiene ganas
de sentarse
o de caminar.
Le puse su nombre a una vieja palmera africana
sembrada junto a la piscina de mi apartamento.
Cada vez que me tomo un trago,
y lo saludo,
echa una terrible sacudida de hojas,
señal de que está enfurecido.
Me dijo una vez:
La vida de uno es una inmensa alegría
o una inmensa arrechera.
Soy fiel a los sueños de mi infancia.
Creo en lo que hago,
en lo que hacen mis amigos,
y en lo que hace toda la gente que se parece a uno.
A veces nos quedamos solos
hasta muy tarde,
hablando de los gusanos que lo acosan
y del terrible calor que le entra todos los días
en esa arena y resequedad.
No ha cambiado de parecer:
un hambriento,
un desposeído,
puede sentarse y hacer amistad con Mallarmé.
Lautréamont nos acompañó una noche
y le dio la razón al chino:
la poesía debe ser hecha por todos.
Y llegaron los otros:
Rubén Darío mandando en Nicaragua,
Omar Khayyam con sus festejos,
Paul Eluard uniendo parejas de amantes.
Entre todos,
sumergimos al chino en la piscina, bajo la luna llena,
y se puso contento
como cuando tenía un río,
unos pájaros,
un volantín.
Ahora está arrecho otra vez,
porque le llevan flores
mientras trata de espantar a las cucarachas.
Quería que lo enterraran en Helsinki,
bajo nieves eternas.
Le dio la vuelta al mundo,
pasando por Londres donde una mujer lo esperaba,
y a su regreso,
tomó un té de manzanilla.
El,
que amaba tanto las sombras,
ya no pudo trasnocharse.
Lúcido y muy hipócrita,
tenía un miedo terrible a morirse en una cama.
Sé,
porque me lo escribió en un papelito,
que la frase que más le gustaba era de David Cooper:
la cama es el laboratorio del sueño y del amor


Miyó Vestrini

 










Mudanza

El paso que has dado
no te acerca al desastre
Sabemos
hay un viejo pleito
entre distancia y olvido
Una sorda querella
entre esos dos tormentos sin concilio
Ud. se ha ido un poco más lejos
también un poco más alto
e inaccesible un poco también

Pero no terror, no tristeza, no valium










Tendrá que ser así

Sinuosos tiempos, estaciones, caminos que nos tocan,
propicios para el heroísmo más completo
o para guardarnos como cautelosos erizos.
Tempranamente fuimos aventados
al margen de las cosas más simples y necesarias,
clavados con alambradas alrededor de nuestra sangre
y candados en la boca para oscurecernos.

No tenía remedio
la vida atada a lo melancólico.

Terribles días.

Pero recoge las páginas
donde los enamorados escriben cortando con navajas,
revisa los libros,
busca en las grandes piedras talladas y en los manuscritos del mar,
desde Gutemberg hasta las dos Declaraciones de La Habana
busca, acumula, reúne, clasifica,
sal a la calle con balanza y metro, pesa y mide
blanco y negro, amor y olvido, agua y fuego,
filo geográfico y campana celeste.
Al final todo más claro.
Bañamos nuestra cabalgadura solo una vez en aguas del mismo río.

Camina a paso de monte y hasta amigo del viento
que llevará los pesares al sitio de tu arrebato.
Que los solitarios no te enfaden, pero resuélvete en multitud.
Habla lo necesario con la gente sencilla
y a su lado vive con ardor.

A los soberbios embóscalos, tírales por mampuesto.

Si nada tienes llénate de coraje y pelea hasta el final.

No te amargues.

Agarra a la amargura por los cuernos y rómpele la nuca
y si la muerte te señala, sigue cantando
y en el primer bar que encuentres pide un trago de viejo ron
y bébete la mirada de la novia y bébete su risa
y la proximidad de su cadencia y el saludo de su cabellera.
Bébete la vida.

No hay que dejar que el camello de la tristeza
pase por el ojo de nuestros corazones.


 


selección de Rossana Miranda.

 

n.e: La transcripción de los poemas de Valera Mora fueron revisados siguiendo la edición Obras completas. Caracas: Fundarte, 1994.

 

fotografía: Vasco Szinetar.

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