Las paces
Lleguemos a un acuerdo, poema.
Ya no te forzaré a decir lo que no quieres
ni tú te resistirás tanto a lo que deseo.
Hemos forcejeado mucho.
¿Para qué este empeño en hacerte a mi imagen
cuando sabes cosas que no sospecho?
Líbrate ya de mí.
Huye sin mirar atrás.
Sálvate antes de que sea tarde.
Pues siempre me rebasas,
sabes decir lo que te impulsa
y yo no,
porque eres más que tú mismo
y yo sólo soy el que trata de reconocerse en ti.
Tengo la extensión de mi deseo
y tú no tienes ninguno,
sólo avanzas hacia donde te diriges
sin mirar la mano que mueves
y te cree suyo cuando te siente brotar de ella
como una sustancia
que se erige.
Imponle tu curso al que escribe, él
sólo sabe ocultarse,
cubrir la novedad,
empobrecerse.
Lo que muestra es una reiteración
cansada.
Poema
apártame de ti.
Selección de Luz Marina Rivas,
escritora y profesora universitaria, Venezuela,
[Versión de Poemas selectos (Caracas: Bid&Co, 2004)]
La búsqueda
Nunca encontramos el Graal.
Los relatos no eran verídicos.
Sólo la fatiga de los caminos acompañó
xxxa los que se aventuraron,
pero se esperaban historias,
¿qué sería nuestro vivir
sin ellas?
Nada se resolvió,
hubiéramos podido quedarnos en casa.
Es que somos tan inquietos.
Sin embargo, concluido el viaje
sentimos que en nosotros
—ya no rehenes
de la esperanza—
había nacido
otro temple.
Selección de Luz Marina Rivas,
escritora y profesora universitaria, Venezuela.
[Versión de Poemas selectos (Caracas: Bid&Co, 2004)]
Angst
No es nada, nada
algo sin trascendencia
nada.
Una dificultad leve
en la respiración.
Problemas de agostura
parece.
¿Acaso no sabías
que la puerta es estrecha?
De Memorial
Selección de Blanca Elena Pantin,
poeta, editora y periodista, Venezuela
As if
Es como si amáramos. Es como si sintiéramos. Es como si
viviéramos.
Esto fatiga. Hasta se ansía un error. puede que al equivocarse
los
actores rocen la verdad.
De Memorial
Selección de Blanca Elena Pantin,
poeta, editora y periodista, Venezuela
Ars poética
Que cada palabra lleve lo que dice.
Que sea como el temblor que la sostiene.
Que se mantenga como un latido.
No he de proferir adornada falsedad ni poner tinta dudosa
ni añadir
brillos a lo que es.
Esto me obliga a oírme. Pero estamos aquí para decir verdad.
Seamos reales.
Quiero exactitudes aterradoras.
Tiemblo cuando creo que me falsifico. Debo llevar en peso mis
palabras. Me poseen tanto como yo a ellas.
Si no veo bien, dime tú, tú que me conoces,
mi mentira, señálame
la impostura, restriégame la estafa.
Te lo agradeceré, en serio.
Enloquezco por corresponderme.
Sé mi ojo, espérame en la noche y divísame, escrútame,
sacúdeme.
De Intemperie
Selección de Andrés Cruchaga, poeta, El Salvador
You
Tú apareces,
tú te desnudas,
tú entras en la luz,
tú despiertas los colores,
tú coronas las aguas,
tú comienzas a recorrer el tiempo como un licor,
tú rematas la más cegadora de las orillas,
tú predices si el mundo seguirá o va a caer,
tú conjuras la tierra para que acompase su ritmo a tu lentitud
de lava,
tú reinas en el centro de esta conflagración como ave inmóvil
y del primero
al séptimo día
tu cuerpo es un arrogante
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxpalacio
donde vive
xxxxxxxxxxxxel
xxxxxxxxxxxxxxxxtemblor.
De Una isla.
Selección Carmen Chazzin, estudiante universitaria, Venezuela.
Carro por puesto
Viento en el rostro
constelaciones familiares -Escorpión, Toro, Sagitario-
avisos de negocios, calle-carretera, ladrido de perros;
la rutina conduce como por un hilo al hogar:
lámpara, otra luna en la ventana,
libros sabios,
papeles.
Recorrido
que anuda las noches
en una sola.
El barrio siempre
descarnado
con sus vísceras afuera.
Todo eso eres,
destilada sombra.
La separación es sólo contrafigura
de un ver.
De Memorial
Selección Carmen Chazzin, estudiante universitaria, Venezuela.
Eludías
el encuentro
con el tú
magnífico,
el que te toma
y te anula como tempestad
y de ti arranca al que busca.
De Amantes.
Selección de Olga Fuchs, arquitecta, Venezuela.
Desprenderse para ser libre, tal es la
exigencia capital de los místicos. Han de romperse las ataduras.
El alma debe irse "quitando quereres", dice bellamente San Juan
de la Cruz. Esto en el estadio inicial. Después quien obra es Dios.
Lo cual podría decirse de otra manera: que una instancia distinta
al yo comienza a operar. El vacío que se hace en el alma desnuda
lo ocupa una presencia desconocida. O tal vez el vacío sea esa
presencia.
Apuntes sobre San Juan de la Cruz y
la mística.
Selección de Acianela Montes de Oca,
periodista y profesora universitaria, Venezuela
Estamos
donde nos sorprendió la noche.
Sin designio,
sin pista,
sin apoyo.
Ensayando
movimientos usuales.
Sólo nos queda
el contacto.
De Gestiones
Selección Ernesto Suárez, poeta, Tenerife, España
Donde las manos ya no persiguen,
apareces.
De Amante
Selección Ernesto Suárez, poeta, Tenerife, España
Yo pertenecía a un pueblo de grandes
comedores de serpientes, sensuales, vehementes, silenciosos y aptos para
enloquecer de amor.
Pero mi raza era de distinto linaje. Escrito está y lo saben -o
lo suponen- quienes se ocupan de leer signos no expresamente manifestados
que su austeridad tenía carácter proverbial. Era dable advertirla,
hurgando un poco la historia de los derrumbes humanos, en los portones
de sus casas, en sus trajes, en sus vocablos. De ella me viene el gusto
por las alcobas sombrías, las puertas a medio cerrar, los muebles
primorosamente labrados, los sótanos guarnecidos, las cuevas fatigantes,
los naipes donde el rostro de un rey como en exilio se fastidia.
Mis antepasados no habían danzado jamás a la luz de la luna,
eran incapaces de leer las señales de las aves en el cielo como
oscuros mandamientos de exterminio, desconocían el valor de los
eximios fastos terrenales, eran inermes ante las maldiciones e ineptos
para comprender las magnas ceremonias que las crónicas de mi pueblo
registran con minucia, en rudo pero vigoroso estilo.
¡Ah!, yo descendía de bárbaros que habían robado
de naciones adyacentes cierto pulimento de modos, pero mi suerte estaba
decidida por sacerdotes semisalvajes que pronosticaban, ataviados de túnicas
bermejas, desde unas rocas asombradas por gigantes palmeras.
Pero ellos-mis antepasados-si estaban aherrojados por rigideces inmemoriales
en punto a espíritu, eran elásticos, raudos y seguros de
cuerpo.
Yo no heredé sus virtudes.
Soy desmañado, camino lentamente y balanceándome por los
hombros y adelantado, no torpe, más sí con moroso movimiento
un pie, después otro; la silenciosa locura me guarda de la molicie
manteniéndome alerta como el soldado fiel a quien encomiendan la
custodia de su destacamento, y como un matiz, sobrevivo en la indecisión.
Sin embargo, creía estar signado para altas empresas que con el
tiempo me derribarían.
De Los cuadernos del destierro.
Selección Néstor Garrido, periodista
y profesor universitario, Venezuela.
Llegas
no a modo de visitación
ni a modo de promesa
ni a modo de fábula
sino
como firme corporeidad , como ardimiento, como inmediatez
De Amante
Selección Mary Rojas, psicóloga y profesora universitaria,Venezuela.
Tú que caminas ésta noche en la soledad de la calle,
vas llena de besos que no has dado.
Del amor ignoras la escritura prodigiosa.
Aunque no me conoces, en mi cuerpo tiembla el mismo mar que en tus venas
danza.
Recibe mis ojos milenarios, mi cuerpo repetido, el susuro de mi arena.
De Una isla.
Selección Mary Rojas, psicóloga y profesora universitaria,Venezuela.
[18]
Sé
que si no llego a ser nadie
habré perdido mi vida.
De El espectro en Memorial.
Selección Milagro Haack, poeta,Venezuela.
Temor
Alguien cierra una puerta a un hombre que enmudece, se mira en su celda
de un solo respiradero y duda de que él mismo exista.
Algunas veces, por instantes, es sacado a ver sol, pero vuelve por sus
propios pasos a su sitio.
Allí al menos sabe que sufre.
Selección Fedosy
Santaella, narrador, Venezuela.
Beloved Country
Cuánto tuyo no se desenvuelve como música
perdida en mí.
País al que regreso cada vez que me he empobrecido.
Sello, fasto, bóveda de los cofres.
Nunca me has negado tu leche de virgen.
Mi reflujo, mi fuente secreta, mi anverso real.
Ignoro el alcance de tu olor de especia, pero sé
que has estado
en todos mis puntos de partida, envolviéndome,
Oriente solícito, como una ceremonia.
País a donde van las líneas de mi mano,
lugar donde soy otro,
mi anillo de bodas. Seguramente estás cerca del centro.
De Falsas maniobras
Selección de Naida Saavedra, Profesora
y estudiante de PhD en FSU. Venezuela/USA
Mi pequeño gimnasio
Consta de una almohadilla que golpeo
con acompañamiento musical.
Un saco de arena donde descargo todo el peso de la calle.
Una esterilla para hacer contorsiones que producen oIvido.
Un hueco en triángulo donde me oculto para no ver.
Una cuerda donde me castigo por toda la prudencia del día.
Un artefacto en forma de O en el que me doblo para evitar los reclamos
de mi conciencia.
Una barra horizontal sabre la cual me río de mis intenciones.
Una tabla donde doy golpes innecesarios que podrían estar mejor
dirigidos.
Un pequeño extensor de idiota que me estira por todos los frutos
que no tomé, los actos que no hice, las paIabras que no me atreví
a decir.
Una soga donde extorsiono mi brazo derecho por todas mis indecisiones,
oIvidos, cambios.
EI resto lo compone el ajuar ordinario de todo deportista. Los ejercicios
son efectuados en la oscuridad. Por vergüenza no admito espectadores.
(EI descontento sordo, por otra parte, ahogaría al que osara entrar.)
Soy de todas maneras un aprendiz. No he podido alcanzar mis rodillas con
la frente, todavía me es imposible arquearme hacia atrás
hasta tocar el suelo, tampoco logro parame sobre las manos.
Algunas veces el exceso de pesadez me vuelve ridículo. (Me recuerdo
en lamentables posiciones y siento dolor). A pesar de mis esfuerzos sigo
siendo carnívoro, rudo, indisciplinado.
En el fondo los ejercicios están enderezados a hacer de mí
un hombre racional, que viva con precisión y burle los laberintos.
En clave, persiguen mi transformación en Hombre Número Tal.
Llanamente y en mi intimidad, espero con ellos dejar de ser absurdo.
De Falsas maniobras.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxSelección de
Lisbeth Salas, fotógrafa, Venezuela, y de Isaac Chocrón,
dramaturgo y novelista, Venezuela.
****
Tuve la fortuna de dar joven con LOS CUADERNOS DEL DESTIERRO
y FALSAS MANIOBRAS. Muchas de las imágenes que se despliegan en
esos libros se quedaron reverberando en el discurso silencioso que fluye
dentro de uno, como una resonancia u onda en el agua que no ha dejado
de multiplicarse. Pero creo que el cuaderno de las FALSAS MANIOBRAS estaba
más hecho a las angustias e indagaciones del joven que fui. En
ese libro hay un poema legendario, FRACASO, en el que Rafael López
Pedraza se apoyó para escribir uno de sus más vívidos
ensayos. Sin embargo, voy a quedarme con NOMBRES, un poema mágico,
alado, plagado de erotismo y soledad, que también nos habla de
un fracaso cotidiano, citadino (¿cómo no habría de
ser soledoso?). Un poema, si se quiere más poético aún
que el antedicho. Si uno se atiene a las ideas expuestas por Robert Graves
en su famoso estudio mitográfico La Diosa Blanca, tendríamos
que convenir que NOMBRES está ofrendado a La Diosa y que, incluso,
acaso haya sido ella quien le susurrara sus líneas al oído.
Por cierto, Cadenas es, entre nuestros poetas, quien más fervorosamente
y sin retraimientos le canta a La Diosa.
Luis Alejandro Contreras, escritor, Venezuela.
Nombres
te llamas hoja húmeda, noche de apartamento
solo, vicisitud, campana, tersura y lascivia,
ingenuidad, lisura de la piel, luna llena, crisis
oh mi cueva, mi anillo de saturno, mi loto de
mil pétalos
Éufrates y Tigris, erizo de mar, guirnalda, Jano,
vasija, tórtola, S. y trébol
ovípara
uva, vellocino y petrificación
podrías llamarte…
pero tu nombre es
lecho, lavamanos, dentífrico, café, primer cigarrillo,
luego sol de taxis, acacia, también te llamas acacia
y six pi em -em- or half past six or seven,
cerveza y Shakespeare
y vuelves a llamarte hoja húmeda, noche de
apartamento solo
día tras día,
sí, tienes tantos nombres
y no te puedo llamar
todo tan absurdo como esas mañanas sin amor
que el espejo de los baños recoge y protege
todo tan desoladamente inabordable
todo tan causa perdida.
(tal como aparece en la edición de Fundarte de 1979)
Nombres
te llamas hoja húmeda, noche de apartamento solo, vicisitud,
campana, tersura y lascivia, ingenuidad, lisura de la piel, luna
llena, crisis
oh mi cueva, mi anillo de saturno, mi loto de mil pétalos
Éufrates y Tigris, erizo de mar, guirnalda, Jano, vasija, tórtola,
S.
y trébol
ovípara
uva, vellocino y petrificación
podrías llamarte…
pero tu nombre es
lecho, lavamanos, dentífrico, café, primer cigarrillo,
luego sol de taxis, acacia, también te llamas acacia y six pi em
-em- or half past six or seven,
cerveza y Shakespeare
y vuelves a llamarte hoja húmeda, noche de apartamento solo
día tras día,
sí, tienes tantos nombres
y no te puedo llamar
todo tan absurdo como esas mañanas sin amor que el espejo de
los baños recoge y protege
todo tan desoladamente inabordable
todo tan causa perdida.
(tal como aparece en la edición
de Pre-textos de 2007)
Fracaso
Cuanto he tomado por victoria es sólo humo.
Fracaso, lenguaje del fondo, pista de otro espacio más exigente,
difícil de entreleer es tu letra.
Cuando ponías tu marca en mi frente, jamás pensé
en el mensaje
que traías, más precioso que todos los triunfos.
Tu llameante rostro me ha perseguido y yo no supe que era para
salvarme.
Por mi bien me has relegado a los rincones, me negaste fáciles
éxitos, me has quitado salidas.
Era a mí a quien querías defender no otorgándome
brillo.
De puro amor por mí has manejado el vacío que tantas noches
me ha hecho hablar afiebrado a una ausente.
Por protegerme cediste el paso a otros, has hecho que una mujer
prefiera a alguien más resuelto, me desplazaste de oficios
suicidas.
Tú siempre has venido al quite.
Sí, tu cuerpo, escupido, odioso, me ha recibido en mi más
pura forma para entregarme a la nitidez del desierto.
Por locura te maldije, te he maltratado, blasfemé contra ti.
Tú no existes.
Has sido inventado por la delirante soberbia.
¡Cuánto te debo!
Me levantaste a un nuevo rango limpiándome con una esponja
áspera, lanzándome a mi verdadero campo de batalla,
cediéndome las armas que el triunfo abandona.
Me has conducido de la mano a la única agua que me refleja.
Por ti yo no conozco la angustia de representar un papel,
mantenerme a la fuerza en un escalón, trepar con esfuerzos propios,
reñir por jerarquías, inflarme hasta reventar.
Me has hecho humilde, silencioso y rebelde.
Yo no te canto por lo que eres, sino por lo que no me has dejado
ser. Por no darme otra vida. Por haberme ceñido.
Me has brindado sólo desnudez.
Cierto que me enseñaste con dureza ¡y tú mismo traías
el cauterio!,
pero también me diste la alegría de no temerte.
Gracias por quitarme espesor a cambio de una letra gruesa.
Gracias a ti que me has privado de hinchazones.
Gracias por la riqueza a que me has obligado.
Gracias por construir con barro mi morada.
Gracias por apartarme.
Gracias.
(tal como aparece en la edición de Pre-textos de 2007)
De Falsas maniobras
****
Esta selección surge bajo la idea de darle la palabra a los lectores
ya que siempre se opta por una visión única o hegemónica
para seleccionar los textos de un determinado autor y bajo un criterio
de autoridad, que siempre será dudoso. No tiene la intención
de mostrar los textos más populares sino ofrecer otra arista para
acercarse a la poesía de Cadenas como celebración por el
reconocimiento que su obra ha obtenido. Mínima punta del iceberg
de los poemas que acompañan a los lectores, este breve espacio
se abre para que pueden expresar su afecto hacia Rafael Cadenas y su obra.
Por supuesto, la muestra es pequeña y responde al azar y la mayoría
son personas con la que el cautivo mantiene algún contacto
y que tienen una relación con el lenguaje más allá
de la simple comunicación. Se inquirió en otros lectores,
pero no llegó la respuesta.
Al azar y a pocos lectores, ya que hay
que ajustarse a las posibilidades, se preguntó por el poema favorito
o más significativo. En general, los poemas se presentan en el
orden que llegaron las respuestas. Hubo quien a conciencia seleccionó
la prosa del autor.
Pocos pudieron decidirse por uno, algunos
señalaron un libro. Naida Saavedra, Andrés Cruchaga, Arturo
Almandoz, Carmen Chazzin mencionaron Los cuadernos del destierro.
Los poemas que el tiempo ha hecho emblemáticos,
siguen allí hablándole a los lectores de siempre y a los
nuevos:
“Derrota” (que no se incluye
por su extensión y porque es fácil ubicarlo en antologías
o en la web) fue mencionado por Carmen Chazzin (Venezuela, estudiante
universitaria) y por Isadora Bonilla (México, escritora), “Fracaso”
fue mencionado por Luis Yslas y Luis Alejandro Contreras, ambos de Venezuela
y también escritores.
Las versiones fueron revisadas a la luz
de algunas ediciones (salvo el poema “Temor”), ya que ciertas
transcripciones que el fervor ha llevado a la red no recogen exactamente
la versión impresa. Por otra parte, hay poemas que han sido revisados
por el autor y los lectores son atentos con estos detalles. Por eso, al
final de la muestra se presenta el comentario y la selección de
Luis Alejandro Contreras.
Así se le rinde homenaje a uno
de los poetas tutelares de la literatura venezolana.
(n.e.)
fotografía: Lisbeth Salas
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