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Rossana
Miranda
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“Escribo como quien se inclina sobre el cuerpo que ama”. La escritura como ritual, adoración, la lectura como ejercicio del espíritu. Acercarse a la poesía de Rafael Cadenas, una de las voces poéticas contemporaneas más reconocidas y lúcidas de América latina, es una aventura mística. Sus versos son un chapuzón en la dimensión más íntima del alma. Con su obra, la creación poética convierte al poeta en un ser sagrado, hetereo, superior. En momentos en los que en nuestra vida terrenal comenzaban a nacer la incompresión y el enfrentamiento de la palabra (era el lejano año 2000), en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela recordábamos el “Ars Poética” de Cadenas: Que cada palabra lleve lo que dice. No he de proferir adornada falsedad ni poner tinta
dudosa El poema se había convertido en nuestro mantra. Aplaudíamos la propuesta de nuestra amiga-poeta-mentora, Moraima Guanipa: El “Ars poética” de Cadenas tenía que ser colgado en la puerta de ingreso para dar la bienvenida a quienes entraban en el edificio de la Escuela, el templo del lenguaje periodístico, un altar para la palabra. Organizábamos encuentros literarios en las tascas de Chacao con el nombre “La Vena Quaker”. Eran “noches de lecturas (cuentos cortos y poesía), musiquita y vacilón”. El espacio era siempre poco por la gran cantidad de gente que llegaba con invitaciones pasadas de boca en boca. Cadenas era presente con sus poemas. Llevábamos sus versos escritos en franelas improvisadas. Y festejábamos el entusiasmo de una ciudad que era felizmente receptiva a sencillas reuniones de mano de la literatura. De “Voz”: X Ante cada caída, o frente a la imposibilidad de partir y realizar sueños y proyectos, nos repetíamos como un canto de batalla un poema iluminante: "Derrota" Yo que no he tenido nunca un oficio Un poeta, Cadenas, que sabe de exilio, injusticia y contradicción. En la decada de los ’50, la militancia en el partido comunista lo alejó de manera involutaria del país. Vivió exiliado seis años en Trinidad y Tobago. Cadenas formaba parte de los famosos grupos literarios como “Mesa Redonda”, junto a Arnaldo Acosta Bello, Jesús Guédez, Ángel Eduardo Acevedo, Darlo Lancini, José Barroeta y Jesús Sanoja Hernández. Hoy, con la “izquierda” al poder, sus versos son excecrados de los estantes de algunas librerías. Pero sigue siendo motivo de orgullo nacional. Nada que ver con dupletas en el Miss Universo o partidos improvisados de la “vinotinto” en la Copa Libertadores. Una mañana de septiembre, el escritor venezolano hizo vibrar al país entero. La magnitud de su obra poética es reconocida formalmente y traspasa fronteras. La poesía de Cadenas obtuvo el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe 2009, conocido con su antiguo nombre, el “Premio Juan Rulfo”. Uno de los reconocimientos más prestigiosos de Iberoamércia, otorgados por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México, la Universidad de Guadalajara, la Región de Jalisco y el Fondo de la Cultura Económica. El prestigio literario y 100.000 dólares entregados en la Feria del Libro de Guadalajara, México, el evento literario y editorial más importante del continente latinoamericano. El jurado argumentó la decisión explicando que la poesía de Cadenas es “un exigente ejercicio crítico de búsqueda de la expresión más auténtica y límpida, lejos de la retórica y el afán estilístico o estético”. Su obra ensayística, con textos como En torno al lenguaje y Apuntes sobre San Juan de la Cruz y la mística, son joyas para los amantes de la palabra. Pero, ¿es real Rafael Cadenas?
Como ingenuos estudiantes nos hacíamos esta pregunta una y otra
vez, siempre la misma, sientiendo que los poetas y su mística provienen
de otro espacio, de otro tiempo, que un poeta no puede vivir entre los
mortales. Cadenas no habitaba en ninguna ciudad ruidosa, egoista, desgastada
y degradada. Era imposible pensarlo como un (pobre) ciudadano común.
El poeta no podía saber de burocracias, violencia gratuita, colas
en el Metro, agresivos individualismos, materialidad, insultos o cuentas
por pagar. El poeta vuela. Sin embargo, bastó encontrarlo personalmente
durante una reunión en la Escuela de Geología de la UCV
(sí, también en rincones inesperados la literatura reina),
donde se celebraba la publicación del texto “Hechura de silencio.Una
aproximación al Ars Poética de Rafael Cadenas” de
Moraima Guanipa, para que nuestras interrogantes encontraran respuesta.
Bebía vino blanco, reía con timidez y se paseaba ligero
entre comentarios sobre la política actual y la inspiración
literaria. En pocos segundos su sencillez y cercanía nos conmovieron.
El poeta, en toda su sublime dimensión, estaba entre nosotros y
nos hacía sentir inquietos pero de su misma especie. Completos.
El efecto (inmediato) de la verdadera poesía.
Rossana Miranda. (Caracas, 1982). Licenciada en Comunicación Social (Universidad Central de Venezuela, UCV, 2005). Ha publicado Trilogía de la juventud urbana, narrativa, (Fundarte, 2004) y Hugo Chávez. Il caudillo pop, ensayo-biografía, (Marsilio, 2007). Es responsable de la sección Internacional de la revista mensual Formiche (www.formiche.net) y frecuenta un master en Sociología de la Comunicación en la Universidad La Sapienza de Roma. Colabora con revistas y periódicos venezolanos e italianos.
fotografía: Lisbeth Salas. |