epífitas |
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María
Antonieta Flores
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Alexis Gómez-Rosas con Marginal de una lengua que persigue su forma (Santo Domingo: Editorial Gente, 2009) obtuvo el Premio Nacional de Poesía Salomé Ureña de Henríquez 2010 otorgado por el Ministerio de Cultura de República Dominicana. En este libro, la voz madura y consolidada del poeta se expresa desde la conciencia de la vejez –utilizo el término intencionalmente por ser palabra marcada por tabú social- y desde la distancia, un lugar ganado por la mirada crítica y mordaz capaz de elaborar un poema revulsivo como “Más lengua que historia”. El tono humorístico se fusiona con la mirada descarnada y amarga sobre el yo poético y sobre los otros sujetos. Los riesgos discursivos y temáticos son muchos incluso en el contexto de la poesía actual que ha roto modelos, ritmos, propuestas y se ha rehecho en incesante danza de destrucción y de construcción. Estos riesgos colocan a muchos poemas más allá del límite de lo políticamente correcto, y se constituye en propuesta necesaria para una sociedad que en función de lo correcto disfraza sus realidades y las reprime. La posición dada al yo poético como objeto y sujeto del poema, lo aproxima. No lo coloca como simple observador de un mundo quebrantado, desnudo, sucio, cuestionable según "valores" que prevalecen en este siglo. No es una crónica distante de lo vivido o lo posible, en cuanto el yo se asume y se incluye como parte del mundo representado. La distancia está en participar pero, al mismo tiempo, mirarse como objeto. “Niña golosa”, poema que expresa una sexualidad sangrienta y cruda en una niña de 12 años aunque la voz femenina está colocada tiempo después, es políticamente incorrecto según los actuales criterios "morales", pero al margen de esta consideración que nada tiene que ver con lo poético y mucho con la hipocresía, se está ante un texto de exacta construcción y decir. Es uno de los mejores poemas del libro. Hay dos líneas temáticas predominantes, la del yo hurgado -hurgándose- y la representación de la mujer restringida estrictamente al ámbito de lo sexual. Los poemas de esta última línea temática, seguramente despertarán urticaria en los sectores feministas. Actualmente, colocar en el tapete, un poema como “Arriba la hembrita” o como “Carpen diem” resulta ofensivo para una sociedad que ha circunscrito el concepto de género a uno sólo: el femenino. Así que no faltará quien acuse de machista a este libro que se da el permiso de cuestionar los estereotipos actuales, revelando lo que permanece en lo social y en lo cultural pero enmascarado y silenciado. De esta manera, la marginalidad que esgrime el título ataca desde su periferia discursiva y temática al centro, a lo instituido hegemónicamente como el deber ser. Pero, el poemario no es sólo un aparato cuestionador y provocador, es un testimonio existencial y estético donde la forma ha sido cuidada para expresar la áspera sustancia que lo ocupa. Siempre es escandaloso este mundo de arrabal y boleros que van armando los poemas del libro. Pero en ese mundo están enredadas muchas cuerdas de la vida, mucho pálpito, dolor, celebración, caída. Es una atmósfera entrañable para encontrarse en diálogo con la luz y la sombra, para conocer las penumbras de los días. Entiende bien el poeta que hay que “ensuciarse” en la diversidad de la vida y de la palabra, conocer la impureza, lo no virginal, lo que da consistencia a la vida y complementa el lado virginal e idealizador que tanto se mercadea en nuestros días. Sobre esto, la psicología arquetipal es iluminadora. Y también, es obvio, que la escritura del poema para Gómez-Rosas se cumple aún a costa del yo y su ego. “Forma en tránsito de una fórmula impura” es una buena cristalización del sujeto como sustancia del poema. Sin embargo, al contrario de lo que se pudiera pensar, al final no queda un sabor amargo. A lo largo mezclado con el humor, la ironía y el desenmascaramiento de un estrato cultural que se autodefine desde una pureza que no es tal, ha transitado una celebración de la vida al reconocer lo humano y al cantarle a estos aspectos que han sido colocados al margen y en la periferia de lo que actualmente se permite nombrar. |