lunes 27 de febrero de 2017
Toda esa carne y grasa. Selección. Anat Zecharia
El lenguaje del agujero
Me interesan los agujeros
pero procuro no hacer de ello
una ideología.
En carne propia aprendo pronuncio
oral anal fálico genital
vago sistemáticamente de uno al otro
en un agujero chupo trago
como si fuera oxígeno muerdo maldigo
doy besos franceses
con delicado canibalismo pródigo
en placer en dolor.
Hay agujeros muy significativos
llenos de deseo. Yo me inclino
por los vacíos que rechazan significados
pero abren posibilidades.
Un agujero es una especie de estorbo
local, estación terminal.
Quiero mirar en su interior
solo para descubrir que me devuelve
una mirada hecha de carne desgarrada
que cuida de sus bordes.
No es que yo quiera entrar
y salir de todos, quiero
ser un pozo atemporal,
marco de un agujero
sin lugar sin centro.
Y cuando me desborde, que alguna cosa
se detenga y otra irrumpa.
El animal debe crecer.
Corro pierdo corro encuentro
en eterno afán de llenarme.
Entretanto
le paso un segundo dedo en torno
con curiosidad, sin insolencia
porque sé que no estoy del lado
de Dios, donde el sol es
el poderoso ano del mundo.
Estoy exactamente del otro lado
el sol no amanece
desde mi trasero.
mujer con valor
Treinta y cinco soldados en activo y varios empleados civiles
de una base aérea mantuvieron relaciones sexuales con una niña
de catorce años durante el pasado año. Muchos de los sospechosos
sostuvieron durante el interrogatorio que la chica dijo
tener la edad para enrolarse.Hannan Greenberg, Ynet News
El primero
coloca tu cabeza en su regazo desnudo
y uno puede pensar
que no has sido forzada sino
bien recibida y tu cabeza acariciada.
El segundo se desliza despacio
por tu espalda y las sensaciones
son nuevas
y aun puedes concentrarte.
El tercero inserta tres dedos, dice
«No te muevas». No lo haces,
el mapa de un Israel más grandioso
en tus ojos.
El cuarto mueve a un lado una pila de reportes
de accidentes aéreos en el sur
y te toma por detrás.
Un gran amor, piensas
un gran amor me abrasa
y no cesará.
Subes y bajas tus brazos
tu cuerpo se estira hasta el límite del cielo
tus manos se ahuecan para recibir la lluvia.
Los imparables quinto y sexto
en trayectoria hacia dentro de ti.
La arrogante sal de la tierra, evitando los ojos,
aquellos que esperan su turno. Pronto tu cuerpo
lucirá hermoso
incluso para ti.
Nota de la traductora del hebreo al inglés: «Una mujer con valor» («Eshet Hayil» en hebreo) es un himno a la mujer de la casa que es regularmente recitada en la noche del viernes, después de volver de la sinagoga y antes de sentarse a la cena del Sabbat. Es un poema de veintidós versos largos (Proverbios, 31:10-31) y comienza: «Donde encontrar una mujer con valor? Su precio es mayor a los rubíes» (Publicación de la Sociedad Bíblica Judía).
Felicidad
Emite tus gemidos de perra
así suena en ti la felicidad
cuando te sorprende en acción
con la lengua afuera,
luego pagarás,
no es castigo, es simplemente
así.
Herzl dijo
Herzl dijo
manos arriba
Herzl dijo
pon las manos sobre la cabeza
Herzl me dijo cuenta
hasta tres
Herzl dijo lámete
los labios
Herzl me dijo ponte
de rodillas
Herzl dijo huele
el olor del varón es bueno
para la salud
Herzl dijo ven
ahora nos desnudaremos
Herzl dijo yo profetizo desde mi carne
ábrete de piernas
date vuelta.
Herzl, dije,
yo me dilato yo me expando
yo contemplo mi jardín del edén
perdido para ti
porque la verdad me sobreviene
únicamente cuando estoy sola
mordiendo una manzana.
El mundo verdadero
Yacíamos una junto al otro
tocándonos rodillas, muslos, manos
pudimos hacer un hijo
multiplicarnos con tanta fe
en ello.
Y podía haber dicho: alabada sea la rutina,
pero siempre quise ir al bosque
Arrojar de mí la manta y decirle a alguien:
toma por favor lo que te corresponde.
Suelto a los perros
atrapo ciervos de gran cornamenta
mato y pierdo
(y me apuro mucho quiero ir al bosque)
Aquí hay demasiado café, comida china,
demasiados chinos y deseos
de decir cosas brillantes
Aquí me falseo, me fustigo
me siento bien.
Ser simpática con todos
me va bien
a ojos de los hombres soy o asexuada
o interesante.
(Y me apuro mucho quiero ir al bosque)
Aquí correr para adelante es una muerte lenta
con pretensiones deportivas.
Humillan y halagan,
nada se vuelve más bello
con el tiempo
Y si finalmente alguien/tú pregunta
¿adónde vas ahora?
Al bosque
a bailar bailar bailar.
Toda esa carne y grasa
Toda esa carne y grasa, el café y los panecillos
semillas de girasol en sal del Atlántico,
todos esos objetos que combinan, las almohadas
con una cabeza de tigre dibujada.
Todas esas sombras revelando belleza en movimiento,
revoloteando como murciélagos
bajo una fuente de luz fría,
con papel tapiz de arrecife de coral
para una ilusion de profundidad.
Todas esas mujeres cuya carne está unida
por tiras de traje de baño,
las guirnaldas apropiadas, esplendor de pavorreales
las dulzuras. Todos esos abanicos
peleando por su vida,
sus espaldas colgando de techos,
partes de metal reciclado,
seguros, un clavo limado, cuchillo, tornillos,
y la tinta oscurecida que mancha
las ropas de los niños.
Todos esos platos de vidrio que construyen
una nueva ciudad transparente,
la formada escalera que se curva en la esquina,
los avisos puestos encima de avisos,
puestos ilegalmente,
«Los infractores serán consignados.
¡Están advertidos!»
Todas esas botellas de cerveza vacías, bolsas negras de basura,
gente de color de África
rojo que es también algo marrón
y amarillo que es también algo blanquecino.
Y la luna rebosante por televisión
y un charco de agua en el piso
y silencio.
Una manada de perros tras un solitario gatito,
todos los ratones en campos amarillos,
y rascar y despellejarse, revelando una luz creativa y aniquilante
miel y leche bajo nuestras lenguas.
Y el viento que sopla antes de partir,
y la geometria la simetría y el «¡Doctor, doctor!»
y el Caballo de Troya de la muerte.
Por un error humano
El universo se amplía oí decir
y nacen nuevas estrellas.
Y nosotros confiamos en que tendremos vida,
un caso excepcional.
Alguien nos prometió que existe el mañana
de modo que no nos apresuramos a amar.
Bruñidos fluidos y veloces
sabemos discernir antes de tiempo
las preguntas que se preguntan,
preparamos respuestas anticipadas.
Respondemos como si habláramos
de una línea de autobús.
Al mal le decimos bien y al bien mal
instalamos la oscuridad.
Nos reunimos ante el televisor
se nos va la vida entera doblegados
por el peso de la espera con un té liviano
una y otra vez lo mismo:
un avión ruso
casi se estrella por error humano,
alguien le mordió la oreja a un policía,
un cocodrilo de un metro de largo
fue atrapado junto al kibutz Tzeelim,
los niños secuestrados por su madre
serán devueltos a Suecia,
un niño invitado a ver prodigios
fue violado, y la ruta cuatro está cerrada al tránsito.
Y mil cosas que nosotros no.
Al final recibiremos una parcela
y no es que sea el sueño de nuestra vida,
pero el silencio,
los ciclámenes.
Cuanto antes, más bella
Me disgusta que me falte
el talento de ser mujer
y aun así besar
con fervor en los ojos.
Me disgusta insinuarme
y enseguida arrepentirme, me disgusta
que nadie resulte bastante hombre a mi lado.
Me disgusta que el deseo carnal
llene un cuerpo inseguro de sí,
que aun sin dientes bellos
me complazco en morder.
Y me disgusta el que a menudo
me río porque no recuerdo
cómo se llora, quiero gritar perdida o asqueada
Dios
y en lugar de eso, me sale una vocecita lamida
porque no me atrevo.
Me disgusta decir
que la tristeza es un lujo
porque me conozco esa tendencia
a consolarme demasiado pronto.
Me disgusta sentir en mí una gran
libertad que no necesita de nadie
aun cuando los labios besan
el suelo con un beso profundo
y nadie me debe nada y no pido nada
pero hay cosas que exigen
y yo me detengo en lo pequeño en vez de desear
con más fuerza todo el resto.
Y me disgusta que lo que más me gusta
cuando alcanzo el punto de ebullición
es la piel rosada que se desprende como pétalos
y arranco de mí misma
no menos que un sol
y cuanto antes, más bella.
Éxtasis en tiempo futuro
Distiéndete, los extremos de los miembros
no valen menos. Abre,
tiéntate, sedúcete, expándete, elévate
en potencia comienza desde el uno,
el cero no parece confiable.
Desterníllate tu risa es requerida
apasiónate detén tu corazón en el aire
practica morir todos los días.
Valora los fracasos valientes
acepta tus particiones internas
Regatea con lo que te inunda por dentro
sin lograr detenerse
Excava noche y día hoyuelos
y cúbrelos dejando siempre uno
para entrenarte con él.
Toca con la mano lo más lejos posible que puedas
para saber.
Enciende un fuego no es broma
ordena, proponte, encamina,
pide cuentas, basta de esa mirada
del ala herida
a veces convéncete de olvidar.
Muerde la herida es tan del cuerpo
como la respiración
en la primera capa se ve
siempre lo que se conoce.
Muerde, mastica mucho
de una sola vez.
Serénate es sólo cuestión
de coma decimal.
Desea, los brazos abiertos en cruz
pidiendo el vacío para todo.
Trabaja, sé obrera verbal
Rasguña la superficie en todos los sentidos
Hay deseo de dos y deseo de uno
como te gusta.
Levántate.
Bésate a ti misma intensamente
como cuando eras una niña pequeña
sobre todo en el hombro.
Emite olor, haz “puuu”
un “pu” microscópico, un “pu” telescópico
Inclina la cabeza hasta tu vientre
Gira en redondo el pelo
siempre hacia adelante siempre en redondo.
Métete el dedo tímidamente en la boca
luego usa el mismo dedo
juega a “qué pasaría si” y será
grato grato grato.
Deja de sumar azares, de buscar significados,
decide que esto es esto y esto es esto. Baja
el nivel de la idea y arrástrate debajo.
Déjalos adivinarte una y otra vez
interpretarte, mediarte, difundirte,
discutir sobre ti.
Habla en primera persona en segunda,
en plural, tres enfoques
sobre el mismo tema.
Roba tiempo.
Cura el cuerpo para que pese menos
y actúa desde el momento mismo
en que cuelgues en el aire.
Reza a este rojo rojo.
Imagina un adiós… me fui.
Mueve por un momento todo a un lado
y di una cosa
que no puedes decir
que no puedes repetir.
Dile a ella a ti
que eres Anat Zecharia en el mundo
si no
mañana será casi
la misma cosa.
Patria 1
La tierra se abre en profundas
arrugas de decepción a lo largo
de la línea verde.
En la implacable ciudad de los patriarcas
en el callejón del coraje y de la muerte
sobre una pared de azulejos blancos dice:
“Todo árabe que muere es una fiesta”.
La carpa militar se apoya sobre patas de gallina
en un encalado bosque de eucaliptos
carpa abandonada de hogar nacional
a punto de desplomarse.
En otros tiempos Erez era
un puesto de control con una cuerda gastada
tendida entre dos barriles
y un soldado que bostezaba
solamente de vez en cuando.
Calles requebrajadas casas agujereadas
así luce el privilegio
de un ejército ilustrado.
También los cipreses
rígidamente firmes presentan armas
enseñan disciplina
a los negligentes.
En el suave prado deambulan gacelas
sobre una se abalanza un león
la derriba por detrás
las otras siguen comiendo tranquilas
y cómo se nos ve a nosotros, que nos consideramos
los eternos elegidos
cómo nos juzgará el tiempo.
El león de Melnikov en Tel Hai
canta “por la patria”
sin críticas y por
convicción.
Todo el tiempo resuena aquí un zumbido
de un presente que no es claro
para quienes están en él
y la realidad decreta vivir
aun cuando por dentro y por fuera
el futuro es un pasado continuo
y el gran sueño es cruzar
la línea de llegada con las manos
en alto.
Aquí sobre el suelo
yace un mirlo perforado,
alguien —otro— canta.
- línea verde: la frontera del Estado de Israel hasta la guerra de 1967.
- ciudad de los patriarcas: Hebrón.
- Erez: nombre del puesto fronterizo entre Israel y la Franja de Gaza.
- Tel Hai: población del norte de Israel atacada por fuerzas árabes en 1920; en la lucha cayó el comandante Iosef Trumpeldor, cuyas última palabras fueron «Es bueno morir por la patria». La escultura «León rugiente» de Abraham Melnikov conmemora el acontecimiento.
Quedarse a un lado y solo observar
Cómo les permites
pregunto
cómo les permites
por la mañana por la tarde o por
la noche cómo no te importa
todo por la sangre no la eternidad.
Cómo les permites
siempre alguien te acecha, siempre
alguien no te ama siempre
alguien no dirá lo necesario
aun si esperaste, y esperaste.
Sostienes que intentas ser generosa
donar en público.
Cómo les permites cómo
sería posible contentarse con señales
menos exigentes que estas
porque no te pidieron tanto
por qué más y más de lo mismo.
Nunca es lo mismo
dices
y además es la vida
y tú quieres más de la vida
en verdad es confuso.
Y está en la boca por lo cual
mueves la boca
por un momento piensas en sacar la lengua
pero entonces enrollas
los calzones blancos sobre los muslos
abres órganos al horizonte
las manos sorprendidas liberan a los perros
sobre la tabla de tu corazón reposa el perro de aguas
su pelambre provoca sin esfuerzo
una dicha rutilante.
Los contemplas como se mira el sol
enceguecida de tanta luz
ahora te oyen
esperan oírte precisamente a ti
por su propio interés pero
si alguien no se erecta
o se moja, te ofendes.
Y te asustas
porque cuando lo haces sola
ese sonido no es tu lado fuerte
no hay quejidos suspiros jadeos
a lo sumo se te escapa un puuu breve y elegante
que apaga fácilmente la luz
introducida en el cuerpo.
Todo adquiere forma de palabras.
Habrías debido usar calzones.
Luego vendrás quebrantada a la cama
con deseo solo de ti misma
dirás te quiero
y responderás yo también
te amo.
Muchachas, muchachas
Venid muchachas venid
despejad la garganta
recibid al desenvainado
fruncid los labios
en forma de ojal.
Venid muchachas venid
dejad que la naturaleza haga lo suyo
el tiempo de la labor apremia
y para ser eficientes
debemos tomar en cuenta
el estado de las cosas.
Venid dulces venid tiernas
venid las que responden con ansias
venid dispuestas y ávidas —
así nos insistían nuestros padres
que saludáramos a los que llegan
así el mundo reconoce nuestra existencia
que no seamos bestias
inútiles.
Venid muchachas venid
tenemos qué ofrecer
brazos piernas caderas
senos blandos y coño
algo dentro de él piensa sin cesar
y eso es muy humano y honesto.
Y hablamos y hablamos y hablamos
de lo que cada una puede
ser sin mayor esfuerzo.
Toda caída es en potencia
un vertiginoso ascenso
el vaso lleno merece piedad
no todo borde es nube que mana.
Así es cuando en la vida se enfrentan
Lo despejado y lo parcialmente nublado
no hay otra justicia.
Por eso venid muchachas venid
salid y mirad.
*
Continúo estallando
no pido nada
adicta a la posibilidad de ser sensible.
Danzo sobre la sangre
que no culpen a la herida
Anat Zecharia (Tel Avit, 1974). Escritora y fotógrafa. Dirige talleres de escritura, y es crítica de danza en el diario Yediot Ajaronot. Su poesía obtuvo el premio Poesía en Camino de la Municipalidad de Tel-Aviv (2005 y 2007); el premio del Festival Internacional de Poesía Shaar a poetas jóvenes en lengua hebrea (2005); mención de honor en el Festival de Poesía de Metula (2008). Fue invitada a representar a Israel en el festival Poesía Parnaso realizado en Inglaterra en el marco de la Olimpíada Cultural 2012. Ha publicado los poemarios Tan pronto como sea bella (2008) y Por error humano (2012). Blog: “La Visiteuse” (http://anatzecharia.com/)
Traducción: Florinda F. Goldberg y Luis Alberto Arellano.
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