domingo 31 de octubre de 2021
Transfigurar es un país que amas. Mariela Cordero
Los inescrutables ojos
Los inescrutables ojos
que se ocultan
dentro de galopantes ciudades de acero,
están detrás
de otros miles de ojos sonámbulos.
Son narcóticos indomables
que mutilan el desamparo
apaciguan los alaridos
y derraman caricias.
Cuando afloran
te toman por asalto.
Sabes
que morirás
invocándolos.
Re-cordis
Vuelve a pasar por el corazón
la colección de imágenes
acérrimas, plenas de color
o inconexas y vaporosas
como fragmentos de un cristal oscuro
dispersos por una planicie frágil.
Vuelve a pasar por el corazón
el tacto que alguna vez anocheció en tu mano
el olor de una flor estrujada en la piel
la voz lenta que apresuraba tu sed
el sabor de una plegaria que ardió
en tu lengua.
Vuelve
para repetirse como un río infinito.
Intacto
Años como hojas que caen en una sucesión
incontable de ocasos
el olor de los primeros florecimientos
amenaza con evaporarse,
pero tu faz no fue presa de la devastación
tu cara no fue liquidada por la mano absoluta del tiempo
como la ola aniquila signos escritos en la arena.
Tu semblante no se eclipsó para revelar
alguna monstruosidad oculta,
respirando detrás de la apariencia esplendente.
La hilera interminable de desencantos no conquistó tu rostro
ni lo habitó en un conjunto inconexo de muecas ácidas.
Tu piel helada de tanto amanecer y anochecer
no mitigó el incendio de tu divinidad.
Te has alzado como una bandera incólume
sobre los escombros del gozo
No eres una ruina que camina, has resistido
como embriaguez indestructible
rasgos macerados convertidos en pócima milagrosa,
eres la belleza
que sabe transfigurar.
No se desvanece
No se desvanece
El hálito.
Sabes
que lejos
alguien te invoca.
Lo transfigurable es eterno
De esta poesía me queda esa nada de secreto inagotable.
Giuseppe Ungaretti
La mano que amaste
se ha disuelto en la nada
pero el rastro persistente de su tacto
te hará caminar calcinante como un mediodía
en medio de las noches y el invierno.
Los labios que amaste o ese edén partido en dos
se han transformado en aire
pero el vestigio cimbreante de su beso
engendrará un poema.
Los rasgos del rostro que amaste
se han fracturado
dejaron de ser tu santuario
para renacer como trazos intactos
del amanecer.
La flor de tu vida
tantas veces respirada
se marchita
pero tú
te conviertes en paisaje.
Lo transfigurable es eterno.
Tras la masacre enardecida
de la disolución
siempre
hay semillas en vuelo.
Mariela Cordero (Valencia, Venezuela, 1985) es abogada, poeta, escritora, traductora y artista visual. Ha publicado: El cuerpo de la duda (2013), Transfigurar es un país que amas (2020). Su poesía ha sido publicada en diversas antologías internacionales. Ha recibido algunas distinciones entre ellas:Tercer Premio de Poesía Alejandra Pizarnik Argentina (2014). Primer Premio en el II Concurso Iberoamericano de Poesía Euler Granda, Ecuador (2015). Segundo Premio de Poesía Concorso Letterario Internazionale Bilingüe Tracceperlameta Edizioni, Italia (2015) Premio Micropoemas en castellano del III concurso TRANSPalabr@RTE 2015. Primer Lugar en Concurso Internacional de Poesía #AniversarioPoetasHispanos mención calidad literaria, España (2016). Sus poemas han sido traducidos al hindi, checo, serbio, shona, uzbeko, rumano, macedonio, hebreo, bengalí, inglés, árabe, chino, ruso, polaco. Actualmente, coordina las secciones #PoesíaVenezolana y #PoetasdelMundo en la Revista Abierta de Poesía Poémame (España).
Los poemas se publican con autorización de la autora.
fotografía: cortesía de la autora
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