Exiliada. Laura Cracco

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VIDA DE PAPEL

Un saco de papel,
¿es todo?, ¿caben ahí tus veintitrés años?
Una bolsa que no resiste el agua,
la foto de carnet que olvidó tu cara,
tarjetas de visitas nunca realizadas,
gafas sin ojos, cepillo sin dientes, un mechero,
algunas monedas, un peine,
el reloj sin tiempo,
el lápiz sin punta,
un cuaderno del que arrancaron las palabras,
un cinturón que no ahorcó, llaves sin cerradura,
garabatos,
gusanos de la seda del horror,
la fosa común de la memoria.

 
 
 


 
 
 

REGRESO A MALTA

Vuelvo,
recorro tus piedras, me arrodillo en tus catedrales
sin alargar la mano,
sin rezar.
Y, sin embargo, una oración silente,
descreída,
la de quien ha perdido lo que nunca tuvo, insiste:
«Dame la palabra que no cuenta,
ignorante del espino y de su rosa.
La palabra que bautiza en el corazón las cosas
y contiene, sin juicios,
sin apretar el puño,
generosa,
el héroe y la tortuga,
amor y crueldad, hambre y basura,
respuestas con alas de plomo;
Mosta, donde la bomba sobre el altar no explotó
y el azar y la divinidad iniciaron el combate
que aún perdura».
No hay victoria ni derrota,
solo combate,
pequeños milagros,
el agua no moja o el fuego no quema,
las palabras no estiran la mano,
no cierran el puño.
Los ojos incendian y los zapatos taladran el suelo,
el aire atraviesa libremente los oídos huecos,
la mente se astilla con el leve asomo de una idea,
la lengua es movida y, por el viento alzada
cae a tierra sin producir sonido,
una diana a capricho de la brisa».

 
 
 


 
 
 

ATARDECER 3

No es humo de fuego la aureola que al oeste
transforma la ciudad en fortaleza antigua,
sin cañones,
silenciosa,
una parcela de penumbra entre las llamas,
un hogar para los cuerpos, con sus urgencias,
y la mente que se desembaraza del pensamiento.
Es el atardecer que arrastra el horizonte a un palmo
de la mirada
y a la vez lo aleja para que no sea trillado
como cualquier camino entre el origen y el deseo.
 
 
 


 
 
 

ALMAS ROTAS

Los músculos olvidaron el bronce y el ágil acero
del hombre que vence en sí al hombre.
Desalojados de la vida, abrigos enormes contra el frío
que nace en los huesos
y se hinca en la carne.
Atletas vencidos, la frente arrugada bajo la corona marchita.
Los brazos no soportan el peso,
los guantes caen a la lona,
arrastran al boxeador
hacia la esquina de la derrota.
Jóvenes que persiguen liebres de mármol
—quizá en algún lugar late el amor—.
Almas quebradas en el filo de la perfección,
un ínfimo combate y,
sin embargo, la vastedad.
 
 

Exiliada. Madrid: Kálathos Ediciones, 2024
 
 
 
Laura Cracco. (Barquisimeto, Venezuela, 1959). Escritora. Es autora de los libros de poemas Mustia Memoria (1984), Diario de una Momia (1989), Safari Club (1993), Lenguas Viperinas, Bocas Chanel (2009), del libro de cuentos El ojo del mandril (2014) y de la novela África íntima (2017). Fue profesora de latín, literatura latina y literatura griega en el Departamento de Lenguas y Literaturas Clásicas de la Universidad de los Andes (ULA, Mérida, Venezuela). En Grecia, país donde se especializó en Filología Clásica, también trabajó como tripulante de veleros. En la actualidad reside en la ciudad de Madrid.
 
 
 
Con autorización de la autora
 
 
 
fotografía: Sebastián de la Nuez
 
 

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