miércoles 6 de julio de 2022
Belén Ojeda: “se escribe con la tinta en la piel”. María Antonieta Flores

Entre mis bienes preciados, conservo un pequeño estuche de color verde musgo ya deteriorado. En él sobreviven todavía pocas varitas de koh, un poco más grande que fósforos. Cuando lo abrí por primera vez, estaba llena de varitas de varios tonos verdes, y en un compartimiento, había una hermosa pieza de cerámica con esmalte celadón —ese delicadísimo esmalte verde originario de China— para colocar una varilla encendida. Breve y sutil instante del aroma, para mí fue un apreciado obsequio que me dio Belén Ojeda. Los inciensos son una penetrante manifestación cultural que aprecié desde que era una niña y veía las nubes que emergían de los incensarios que nublaban los techos en los templos católicos.
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