Nunca viajaré a Dinamarca. Poemas inéditos. Mª Cinta Montagut

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Al paso de los años
he aprendido a vivir sin dogmas,
a ignorar la posesión de la verdad,
la fe del converso,
las grandes palabras
que hacen pequeño el mundo,
la obediencia ciega,
la justicia de las injusticias.
Al paso de los años
viajar es lo que importa
y estar de pie
frente a lo incierto de mañana.

 

 


 

 

No tengo territorio que reivindicar,
es el camino de la duda
y, sin saberlo,
reeencuentro el viaje que me lleva
a vivir en la errancia.
Cada palabra dicha, cada gesto,
cada mirada sostenida,
cada cuerpo soñado
fueron hitos que quedaron atrás.
Tal vez por eso
hoy ya no tengo territorio que reivindicar
y vivo
en la constante errancia del destino.

 

 


 

 

Buscar en el camino las palabras
para explicar ese mismo camino,
las calles silenciosas
el ruido de las pisadas de los otros
por aceras ajenas
en ciudades lejanas
donde dolor, amor o círculo
se dicen de otro modo.
Siempre el viaje nos lleva a las palabras
y nos despierta el hambre
de conocer aquello que soñábamos solos
tendidos en la cama en las noches de insomnio

 

 


 

 

Mido la noche como mido el camino
para viajar sin mapas en los labios
y atravesar el tiempo con una daga sola.
Las olas van dejando en la arena su rastro,
caracolas vacías, sueños de sal, silencio.
Y el horizonte ajeno se desplaza
a través de unos ojos como barcos.

 

 


 

 

En una habitación de hotel
las cortinas esconden las luces de la tarde
gotea a intervalos regulares el grifo del lavabo
y se oyen lejanos los silbidos del tren.
Es una habitación sencilla,
no daba para más el presupuesto,
con apliques dorados y un perchero
donde colgar la noche
y la mochila de los días perdidos
y de los desengaños.
Al pasar de los años
el equipaje se hace más pesado
y el viaje continúa inagotable
a través de una piel o de unos ojos
aunque sé, desde siempre,
que yo nunca viajaré a Dinamarca.

 

 


 

 

Los cabellos en llamas
la tarde se desliza a su destino,
crece el deseo que ya no puede huir
hacia la noche, que desesperada,
acecha en la ventana.
El deseo ocupa todo el cuarto
toda la luz perdida que ya acaba.
Y ya no quedan más preguntas
y tampoco se buscan las respuestas
alrededor del tiempo.
Queda el vacío
inscrito en las paredes de la casa.

 

 

 

Los poemas se publican con autorización de la autora.

 

 

Mª Cinta Montagut (Madrid, 1946). Poeta, crítica literaria y traductora. Ha publicado los poemarios Cuerpo desunido, Barcelona, 1979; Como un lento puñal, Sevilla, 1980; Volver del tiempo, Sevilla, 1983; Par, Barcelona, 1993; Teoría del silencio, Barcelona, 1997; El tránsito del día, Málaga, 2001; La voluntad de los metales, Málaga, 2006; Desconcierto, Málaga, 2010; Sin tiempo, Barcelona, 2014; Cenizas, Colección EME de Ediciones La Palma, 2015. Sus poemas han sido publicados en diversas antologías en España, Italia, Turquía, Argentina y Canadá. Ha publicado, también, El otro petrarquismo. Poetas italianas del Renacimiento (Madrid, 2012) del que ha hecho la introducción, selección y traducción, Tomar la palabra. Aproximación a la poesía escrita por mujeres (Barcelona, Aresta editorial, 2014). Es autora de numerosos artículos literarios sobre la mujer en la poesía y en la historia de la música. Es editora de la sección de poesía de www.barcelonareview.com. Colabora con artículos de opinión en la revista Dones digital de la Asociación de mujeres periodistas. Mantiene el blog http://lapieldelosdias.blogspot.com

 

 

 

fotografía: Carme Esteve

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#8Marzo#Mujeres poetas#MªCintaMontagut#PoemasInéditos#PoesíaEspañola

Comments

  1. Amadeo Gutierrez - jueves 8 de marzo de 2018 @ 4:53 pm

    Mirada de seda sobre luces y sombras vida es la palabra y vida los sueños
    Un placer leer la.

  2. Federico Gallego Ripoll - sábado 10 de marzo de 2018 @ 1:49 pm

    La mejor reivindicación, la más útil, ética y veraz: escribir y compartir buena poesía. Se escribe desde el género, como desde la historia y las carencias y heridas personales. Algunas y algunos poetas se quedan ahí. Las y los buenos poetas lo trascienden y nos hacen trascender, porque la experiencia del camino es particular y única para cada lector, y es en esa capacidad del poeta donde se establece la verdad del poema.
    Ejemplo: «Nunca viajaré a Dinamarca», de Mª Cinta Montagut. Yo no me pregunto quién ha escrito estos poemas: sencillamente, me sé asumido por ellos y su sentido del camino; existencialmente avanzo sobre barro, siento el sol o la bruma en el rostro, trago saliva y continúo avanzando, porque sé que desde estos poemas ya no lo hago en soledad. Más que el quién me importa el con quién. Y avanzo de su mano sin volver la cabeza para no convertirme en estatua de sal. ¿El o la poeta?… Siempre la Poesía, patria única.

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