Fisuras. Amarú Vanegas

Compártelo:


 
 

El mismo ruido

Mi sueño inicial es la noche,
visión dionisiaca
que tiene todos sus hijos enmarañados.
Escucho su tormenta.

Viene por mí,
es la única fuerza que entiende mi alma.
Somos el mismo ruido.
 
 
 


 
 
 

Azul

Vivir la sombra,
cabalgar en la misma proporción de la noche.

Quedarse en la refracción del agua
contando turnos
en la luz que destiñe los azules:
azul corbata, azul zapato,
azul la silla en la sala de espera,
la gorra del vigilante,
los letreritos del consultorio, la bata del médico
y los ojos de un niño sucio
que bosteza por hambre.

 
 
 


 
 
 

Capillas de ocio

Nos gusta la ficción,
las historias imperfectas de sus capillas.

Ofrendamos el caos
en los tonos desérticos del tiempo.
Provocamos la excitación de los mares.

Bebemos la suerte a boca de jarro,
mientras los olores de pimienta y sexo
nos devuelven la esperanza.
Pero, ¡qué va!, somos los mismos pendejos
queriendo transformar el rumbo de la suerte:
bailamos, comemos, vivimos el libertinaje
y morimos sobre la misma mesa.
La calle nos arroja sus bocinas.

Pasó de moda recoger el viento en los cuencos budistas;
nos arrechamos en serio.

Transitamos el amor jugando a la rayuela,
protestamos el hambre desnudos,
sin aceros en la lengua,
sin vendas en la herida.

Volvamos a cultivar
las armas de reproducción masiva
y que nos alumbren los dioses del perdón.
 
 
 


 
 
 

Álbum

Volví a las calles niñas,
pasé extranjera en un auto a 40 km por hora,
las veredas parecían fotos desteñidas.

Vi más pequeña la avenida donde por primera vez
me llegó la menstruación. En esas calles
besé la primera vez
y lloré la primera despedida.

Todavía existen
el camino de piedra que lleva al colegio y
el árbol cargado de mandarinas engañosas,
ácidas hasta el llanto.

Lo más complejo es el filo de la montaña
donde caminé con mi padre los sábados de mi infancia.
A ese lo vi con ojos nuevos, no los míos de entonces,
no los de ahora.

Tal vez, hoy decida saltar al barranco
y terminar la historia. Así es como una detonación.
 
 
 
 
 
 

Amarú Vanegas (Venezuela). Poeta, ingeniera, actriz y productora de teatro. Magister e investigadora en literatura. Ha publicado: Mortis (monólogo, 2001), El canto del pez (2007), Criptofasia (2016, Premio V Concurso de Relatos SttoryBox, España), Dioses proscritos (2016, Premio Internacional de Poesía Candelario Obeso, Colombia); Añil (2019, Premio Internacional de Poesía Alfonsina Storni, España), Cándido cuerpo mío (España, 2019). Fundó Catharsis Teatro y la Fundación Cultural Púrpura. Miembro del consejo editorial de Nueva York Poetry Review. Ha realizado tertulias artísticas desde el 2012 en Venezuela, Ecuador, Colombia, Chile, Uruguay y Argentina.
 
 
 
 

Fisuras obtuvo el Premio Ediciones Embalaje 2020, otorgado por el XXXV Encuentro de Poetas Colombianas del Museo Rayo, Colombia.
 
 
 
Los poemas se publican con autorización de la autora.
 
 
 
fotografía: Porfirio Parada
 
 

Compártelo:

#AmarúVanegas#Fisuras#PoesíaLatinoamericana#PoesíaVenezolana

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.