Tatuados de nubes. Cuatro visiones: Savater, Silva Michelena, Álamo Bartolomé y Cruz-Diez. Edda Armas

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A temprana edad se me abrían caminos para leer literatura y apreciar diseños, formatos, tipografías, ilustraciones, calidades y tonos de papeles en las ediciones a las que tuvimos acceso en la biblioteca familiar. Descubríamos en ellos también la importancia de la síntesis como verdad revelada de las formas, con el asombro que siempre transluce en lo breve. Hablo de aquello que se va, lo que de asirse devendrá en palabra o imagen, mientras los oscuros nubarrones atascados en el azul de todos los cielos pasan sobre nuestras cabezas, hendiendo grietas en una. Tal contemplación nos inclinó hacia la reflexión de la fragilidad de “casi todo”.

El poeta y filosofo Ludovico Silva en su libro Teoría poética define al enigma como “Partitura: Enigma. Interpretación: Misterio. Por cada rayo de luz racional que entre en esa ánfora misteriosa, emergen mil rayos distintos de todos los colores, cada uno de los cuales es portador de un fragmento del enigma total.” Tal vez por ello, creo que las nubes son enigmas: formas mágicas que nos atrapan.

Me conmueve pensar que el enigma total sea asumido por el poeta alegando al reservorio de imágenes que moldea desde sus emociones, sacándolas del baúl oscuro. El poema crea recuerdos-nubes, asomada la idea de que cuando cava, lo que hinca dentro brinca como imagen. Una y otra, que al decantarse colma; nunca resuelto su misterio, a sabiendas de que luego se hará evocación.

Rayo o soplo, evocación. Empuje a levantar la mirada hacia los cielos, con el cuerpo arqueado pegado a la tierra, creído el principio de correspondencia del Kybalion, antiquísimo axioma hermético, que expresa: «como es arriba es abajo; como abajo, es arriba». El axioma invita a descorrer velos de lo que, a nuestra vista, oculta lo desconocido. A esto, sumemos la certeza de que nada tangible nos llevamos al morir, pues es al alma adonde van a parar tatuados los recuerdos, a modo de nubes, sean heridas o destellos de breves momentos felices.

Herida o escalofrío, intriga o placer, le causan las nubes a los poetas, filósofos e inocentes, quienes las miran y se dejan encantar por ellas, angustiados o relajados al alzar la mirada al manto azul. Es así, y reconocerlo devela una obsesión ya confesada por Goethe, Baudelaire, Cernuda, Porchia, Gerbasi, y tantos más. En el alma cuelga aquello que nos ha hecho marcas de agua, como lo hacen las nubes; signo activo de lo que hemos coleccionado con verdadera pasión.

Durante los años que dediqué a la investigación sobre las nubes, en mi interés de preparar una antología de poesía hispanoamericana, tal como lo hice, entré en diálogo con cuatro amigos entrañables, a quiénes consulté su sentir sobre ellas.

Dos filósofos, Fernando Savater (España) y Alicia Alamo Bartolomé (Venezuela); el cinético venezolano Carlos Cruz-Diez, residenciado en Panamá para el momento, y el ensayista, economista, poeta, Héctor Silva Michelena (Venezuela), quienes entusiastas de las errantes, me contestaron mi correo plasmando sus visiones en textos muy personales de reveladora belleza.

En el proceso de armar la antología se descartó incluir textos narrativos o ensayísticos al decantarnos por el formato de antología poética temática. Entonces, como joyas dormidas (inéditas) los he mantenido celosamente guardados, a la espera de lucir para los otros. Son tiempos de tormentas y guerras, de retiro y alta introspección para la humanidad, en los que, sintiéndolos resquicios de momentos estéticos de honda e íntima reflexión, autorizada por sus autores para publicarlos, es hora de compartirlos. Tomada la decisión, la revista literaria electrónica el cautivo le abre las puertas, en este virulento y tenaz tiempo, que nos exige respirar y mirar alto para lograr la captación de la belleza, donde quiera que esta se produzca, enalteciendo la convicción recién oída de que “el valor de la vida es poder testificar”.

La antología temática Nubes. Poesía hispanoamericana que reúne 291 poemas de 291 poetas de 17 países, publicada en España por Editorial Pre-Textos en 2019, fue el resultado concreto de mi investigarlas a ellas por más de dos décadas.

Adicionalmente, estos cuatro testimonios salen también a la luz para los lectores, agradecida por siempre con sus autores por confiármelos hace tanto tiempo.
 
 
 

Edda Armas


 
 
 
 

Con autorización de la autora.
 
 
 
 

fotografía: Juan Cardozo
 

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