La casa por dentro. Pequeña lámpara gemela. Luz Machado

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Servidumbre y descanso

La dueña dispone la materia doméstica,
cuenta el orden creciente de las frutas,
sobre la mesa riega los hongos azules de las tazas,
sus senos dorados de desprendimiento,
sus finos hemisferios untados de color
como la primavera,
los vidrios educados por los fuegos,
los monogramas del café y las cartas
pueriles de la leche,
la hojarasca metálica que agosta
el ánimo diverso en las legumbres,
los acuerdos comunes de la harina,
sol del aceite, lunas del vinagre,
gargantillas de azúcar al cuello de las frutas
y alfileres de sal
para el pecado capital de los aliños.
Después ella en su lecho entre sábanas queda
como un navío descubierto en la noche por la luz.
Permanece su lirio.
Suma los paraísos y se ve dividida
como una estrella rota.
En las almohadas deja lentamente sus ojos,
su frente, sus cabellos
y su aliento,
que en cada amanecer alza la sangre
como si levantara
una gran casa roja.

(1960)

 
 
 


 
 
 

Las agujas

Nadie diría nunca que la lluvia
remienda.
Sin embargo, entre nubes y horizontes,
por encima de todas las ciudades
y de los desgarrones de la tierra,
ella pasa y repasa
cerrando los secretos más pequeños.
Los de las cúpulas y los ramos del perejil,
los de los trenes donde viajan al sol
los amantes del mundo,
y los de las tinajas abiertas en los patios;
los de las grúas y el paraguas,
los del alpiste que el canario
sostiene en el pico
cerrándose el propio canto;
y los del brasero de las libélulas
suspendido en la piel caliente del pantano.
Porque el agua del cielo solo conoce las ruecas celestes
y juega con los gatos haciéndolos correr
pegados del alero
donde ella suelta su fleco de alfileres
como si fuera un ovillo desmadejándose impunemente.
En mis manos, como una astilla cósmica, una sola aguja
realiza los milagros más simples, sin salir de la casa.

(1960)
 
 
 


 
 
 

Los hilos

La Tierra los levanta. En árbol o en gusano
comienza su destino de paciencia.
Alrededor de la pierna del saltimbanqui
el rojo pide una estocada limpia.
El amarillo hincha las venas del sol
en altos girasoles.
Y el azul combate desde el arcoíris
con las crines celestes que nunca el rayo
ha sabido cortar hasta la muerte.
Brillantes como la mirada del amor,
opacos como el otoño más solo,
en el cestillo están, redondos o alargados,
dedos que el color se cortó de aburrimiento,
pezones que la primavera multiplicó en los días
en que el alba más antigua
creyó haber perdido la leche de la luz.
Por la avenida donde el viento
desemboca en la vida,
juntos se van, encima de todos, aterrados
de haber perdido el árbol y el gusano,
el pedestal que erige la memoria.

(1960)
 
 
 
 
 

Luz Machado (Venezuela, 1916-1999). Poeta, ensayista, cronista, periodista, activista política y diplomática. Publicó en poesía: Ronda (1941), Variaciones en tono de amor (1943), Vaso de resplandor (1946), Poemas (1946), La espiga amarga (1950), Poemas (1951), Canto al Orinoco (1953 y 1964), Chant a L’Orinoque (1955), Sonetos nobles y sentimentales (1956) y Cartas al señor Tiempo (1959) como Luz Machado de Arnao; después de divorciarse publicó como Luz Machado: La casa por dentro (1965), Poemas sueltos (1965), Sonetos a la sombra de Sor Juana Inés de la Cruz (1966), La ciudad instantánea (1969), Soneterío (1973), Palabra de honor (1974), Poesía de Luz Machado. Antología (1980), A sol y a sombra (1992) y Libro del abuelazgo (1997).
 
 
 
Los poemas están tomados de Pequeña lámpara gemela Caracas: Fundación La Poeteca, 2023. El libro se puede descargar aquí.
 
 
 
Nota acerca de la edición
Pequeña lámpara gemela, publicado por Fundación La Poeteca con el auspicio de Banesco Banco Universal, reúne dos poemarios esenciales dentro de la obra de la poeta venezolana Luz Machado: La espiga amarga (1950) y La casa por dentro (1965). Ambos libros fueron transcritos comparando sus ediciones originales y la antología publicada por Monte Ávila Editores en 1980, a la que la propia Luz Machado incorporó algunas correcciones.

El título Pequeña lámpara gemela proviene del poema “Ruego a la poesía”, del libro La casa por dentro.
fuente: Fundación La Poeteca

 
 
 
 
Con autorización de Fundación La Poeteca
 
 
 
 
fotografía: Fundación La Poeteca
 
 

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