Pulso Ad_Herido. Julia Santibáñez

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Cajón de_sastre

Llevo días y años de sostener
versos en la boca como alfileres;
de hilvanarme las horas con la hebra
delicada de un nombre de mujer
y acariciar entre las manos cintas
como historias sin cuerpo, deshiladas.
A veces soy paciente las arreglo
con zurcido y terneza, otras
las corta mi tijera inapelable.

Ayer logré un bordado de admirancia.
Creí leer en él la agitación
el tremor del nudo a punto de soltarse.
Hoy me baja a las yemas de los dedos
la urgencia de encontrar un botón rojo:
quiero coserlo al centro de mi pecho
como una rudeza que arde y grita.

Yo soy de oficio y gusto remendera
tozuda de mis versos
pobre de mis agujas.

 
 
 


 
 
 

Vaya cosa, este candombe

Fuego y fogata templa el tambor
la serenata ya despertó *

con su aire parrandero
y síncopa de calambre
el lenguajerío del magno mulato
se bambolea en su bemba colorá;
la comparsa uruguaya
va por calles como enjambre
bien candombeada la gente
por los cueros y metales;
banda y tambor en sus voces de macumba
aquella que brinca en su bemba de rumba
que derrumba mis defensas
con el frotar de su verbo

cuerpo bailando sin dominó
va saludando cuerda y tambor

su roja lengua que zumba
esa verba de cochambre
apenasmente le entiendo y me atraviesa
y me ingravida de puro transparente;
me va quemando esa lumbre
la cadencia oronda
de fiesta mestiza su bemba, caramba
que va y se me entra por puertas y ventanas
ese ritmo de raigambre
con reciedumbre retumba

llega el candombe, abre el portón
son los morenos, negro color.

 
 

*Hugo Fattoruso
 
 
 


 
 
 

Loa de lo vertical

1. Todo árbol es al mismo tiempo individuo y colonia.
2. Lleva calladancias de memoria en el tronco.
3. Se clona, se repite en frondas, en curvas que no cierran.
4. Si una rama enferma, el árbol la aísla para salvarse.
5. Aunque la rama cruja, vengativa en sus voces, dejarla morir es sencillo.
6. Cuando suma mil años, una secuoya es joven. Anómala del tiempo.
7. Si hoy sembrara una, en tres milenios encontraría un bosque.
8. El árbol puede ser inmortal pero no indestructible. Y nunca se suicida.

 
 
 


 
 
 

500 kilos

…pasé la mano, sin malicia,
por el lomo de la vida.
Díos mío, qué brutal quemadura.

Enriqueta Ochoa

Alguna vez me creí
con la solvencia de matar
por mis sobrinos, mi madre
o un amorío nebuloso.
Pero sólo vale el verbo matar
si comprometes cada hueso
en estallar el chisguete pegajoso.

Esto es otra cosa.
Y no hago propaganda.
Aquí soy una bestia que bufa al sol
desde ojos renegridos.
No dudaría de veras no
enterrar mi cornamenta
con su sombra
para acribillar el corazón
viva o muerta la sangre
horizontal
en surtidor o nadamente
y lo mismo tensaría por instinto
el cuello requemado
para abalanzarme una vez
—o las que hagan falta—
mis 500 kilos en juego
si algún necio te violenta el resorte.
Cómo no va a inquietarnos, hija,
este miocardio brusco
si frecuenta lo pavoroso
de un toro ciego.
 
 
 


 
 
 

Pulso ad_herido

A esta anciana se le murió un Fernando
hace tres meses.
No sabe explicárselo a la mesa
ni a las dos lámparas que hamacan ausencia.
Quiere platicarlo a ver si puede entender
el esqueleto remontado en su espalda
desde entonces.
“Se me murió mi hijo”.
Así repite y le parece violentísimo
de no creerse
que en esas letras
vivan tantas jerarquías de nunca.
El resto de sus hijos
tampoco sabemos decirlo
pero estamos a mitad de la vida
y es más fácil defenderse.

Se mira los dedos vacantes
de 88 años de edad.
Le tiembla la mandíbula.
Se los queda mirando
como si llevaran un pulso ad_herido.

 
 
 


 
 
 

Un alacrán duerme conmigo

Full of scorpions
is my mind
.
Macbeth

De día me olvida.
Sale de noche, en cuanto apago la luz. Adivino cómo trepa la
pared con la arrogancia del perfecto. Disimula, hace como que
pierde el tiempo hasta que sus patitas se esmeran en mi pelo,
mis pestañas.

Entonces viene el ritual: entra y sale de mi boca, hervidero de
crías. No respiro, sería tan fácil morderlo. Y nos necesitamos.
 
 
 


 
 
 

Como si fueras ciego

Mírame
como lo haría quien no ve
como descifraría al gato
una flor garbosa………. aquel espejo
la lumbre en la estufa
el estirado grito de la espina
mira con la escucha de las yemas
que espesa la raíz de lo observado
a ritmo perezoso………. a mérito entiempado

Mírame
hormiguea para saber
la temperatura en mi clavícula
labra la rodilla de mi brazo
al nudo cántale al bien hecho
del ombligo
apriétalo entre dientes
mira como si pudieras leerlo
mi bello mi impúdico
sopesa el olor de lo que tocas
como si lo arrullaras
como contándole qué ves.

Mírame
perdón que insista
como si fueras ciego.

 
 
 


 
 
 

Violentos ojos y verdes

mira mis ojos abiertos
pudriéndose entre basura
reventándose de sol
mis ojos de lagartija;
tan sin dios estos dos míos
estos ojos lloviznados
no esperan juicio final
tan violentos en su verde

suman ya noches de insomnio
mis párpados descompuestos
en lo oculto del baldío
suaves de lama mis ojos;
en su gravitar de sal
recalcitrantes de verde
están viciando la tierra
junto con otros sin nombre

verdes pero sin raíz
campos sembrados de ojos
hasta avinagrar el agua
aire fuego tierra sol;
y antes de cerrar la puerta
previo a apagar la luz
dicen: o vivimos todas
o no vivirá ninguno.
 
 
 
 

Pulso Ad_Herido. México: Bonilla Artigas Editores, 2024.
 
 
 
 
Julia Santibáñez. Escritora y editora mexicana, licenciada en Letras Hispánicas y maestra en Literatura Comparada, ambas por la UNAM. Ha publicado once libros, entre ellos los de poesía Pulso ad_herido, Eros una vez, Sonetos y son quince, Ser azar, más los de crónica El lado B de la cultura, vols. 1 y 2. Con Eros una vez ganó el Premio Internacional de Poesía Mario Benedetti. Se desempeña como titular de la Dirección de Literatura de la UNAM.
 
 
 
 
Con autorización de la autora.
 
 
 
 
fotografía: cortesía de la autora
 
 

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