Puro hueso. Saúl Ibargoyen

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más pájaros

Los pájaros comen de un pan
que no es ni será ni fue nunca tuyo:
porque no conociste
el color sin fondo de la tierra:
porque no pasó por tus manos
el trigo primordial:
porque solo has querido
caminar a contra viento:
porque labraste una casa
con débiles palabras:
porque el cielo resultó
muy pesado para ti:
porque la infanta que amaste
ya no tiene rostro:
porque las banderas que alzaste
ya no sangran:
porque los pájaros comen de un pan
que compraste con la última moneda
de tu último metal.
 
 
 


 
 
 

el regreso otro

Has regresado a una casa
de paredes vacías
nada resuena en esas membranas
de ladrillo consumido
nada se retuerce como una cuerda de aire
el piso es un fósil de escamas susurrantes
las primeras ventanas contienen
imágenes mugrosas en vidrios desdentados
el techo interior se degrada hacia el polvo
la azotea es un cielo de cáscaras invisibles
las recámaras son túmulos roídos por la sombra
las aguas del baño sostienen gordas espumas
las ollas y sartenes simplemente se oxidan
la hierba más joven escapa del jardín:
has regresado sí a la antigua soledad
que se abraza a tus huesos
con su música ciega.

 
 
 


 
 
 

viernes de silencio

Los viernes a veces las palabras
se niegan a ser palabras:
así un funcionario que rechaza
firmar documentos no leídos
o un perro temeroso
de su propio ladrar hacia el viento
o aquel juntapapeles negándose
a tocar las urbanas basuras
o una novia agarrada a su calzón
la noche de su boda primera
o el torturador que no ejerce
la atrocidad de su oficio y solo descansa
o el joven que no es joven
porque envejece al suicidarse
o el autobús cansado de toser
que se derrumba
o la calle que no puede ser un río
de ricas espumas navegando
o la mano que toca tus labios
para ser la mano que sube a tu boca.

 
 
 


 
 
 

alguien

Siempre hay alguien
que habla por nosotros
en idioma cambiante
que apenas podemos oír:
así aparecen sílabas
grupos de sonidos sin forma
destellos de piedras golpeadas
crujidos de plumas
al pie del cazador:
así aparece un hálito oscuro
que llega del bosque y choca
con ciudades de opaca lejanía
con recámaras transitadas por nubes de desdicha
con balbuceos de un verbo corrompido
con torres de cristal desvaneciéndose
con astros trozados por la luz:
habrá siempre alguien que nos diga
trazo a trazo el cántico nacido
de una garganta casual y sin destino
de un grito aullante que el hambre desató:
¿Habrá alguien que perciba la lengua propia
que debemos aprender?
¿Por qué llamar silencio
a la simple miseria
de un tímpano reseco?
 
 
 
Puro hueso Ciudad de México: Dogma Editorial, 2024.
 
 
 
Saúl Ibargoyen. (Uruguay, 1930 – México, 2019). Poeta, narrador y ensayista. Entre sus 70 libros publicados, se pueden mencionar: Erótica mía: escribiré en tu espalda (1982), Noche de espadas (1989), Soñar la muerte (1993), El escriba de pie (ganadora del Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía Carlos Pellicer en 2002), Tango negro (2013), Maldita mía (2014), Porca miseria (2016). Su obra ha sido traducida al inglés, francés, alemán, ruso, bielorruso, portugués, árabe, esloveno. También fue coordinador de talleres literarios, docente, periodista cultural y traductor, jefe de redacción y subdirector de la revista Plural, maestro de la Escuela de Escritores de SOGEM y editor de la Revista de Literatura Mexicana Contemporánea.
 
 
 
Con autorización de los herederos del autor.
 
 
 
fotografía tomada de Puro hueso Ciudad de México: Dogma Editorial, 2024.
 
 

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